Christian Walker
Estaba hundido entre todos los pendientes que debía revisar, seguramente hoy sería una larga noche, ya que había varios contratos que solo requerían mi firma, pero jamás firmó algo que no haya leído, así que levanté a servir una taza de café negro y muy amargo, para despabilarme un poco.
Estaba por sentarme a revisar la larga pila de papeles a firmar, cuando alguien llama a mi puerta.
- ¿Chris? ¿Cómo estás? ¿No piensas ir a casa hoy? -dice Agatha, entrando de manera sigilosa a mi oficina.
Tal como siempre, luce impecable, luce hermosa con ese ajustado vestido color negro que le hace resaltar sus pechos y curvas.
Automáticamente, sé que el pasar a verme es uno más de sus intentos por qué salgamos a cenar, bailar o algo más.
Cuando estuve casado, muchos fueron los días en los que, me imaginaba nuevamente soltero, solo para poder hacer ese tipo de cosas.
Curiosamente, luego de quedar soltero a la fuerza, nada es igual… Nada volvió a ser igual.
- ¿Por qué no dejas la larga