Flor Pérez

Al despertar, me percato de que Christian no está a mi lado, observo bien y veo una nota en la mesita de noche, la cual dice que fue a trabajar, aquello me causa una extraña sensación. Sé muy bien qué cosas pueden suceder en el trabajo, no me gusta para nada la sensación que me da recordar aquellas épocas en las que iba al “trabajo”.

Me pongo de pie, veo la hora y mis niños deben estar por despertar, siento que no he dormido bien, me duele todo y solo recordar lo que sucedió en este lugar, me produce una extraña sensación en el estómago. Sin pensarlo más, me levanto de la cama, me aseo y salgo a preparar el desayuno de mis niños, ya que planeo ir a ver a Matías.

No quiero que piense que le voy a dejar botado con los compromisos que teníamos, mis niños son una bala. Casi cuando termino de preparar el desayuno, comienzo a escuchar cómo viene corriendo y gritando, se asoman a la cocina y lo primero que dicen es:

- Mamá y ¿Papá? ¿Dónde está?

- Papá fue a trabajar, ya ha par