Capitulo XVIII: Un nuevo amanecer.
No importa cuando se intenté de negar la verdad, tarde o temprano está sale a la luz, porque hay cosas innegables; como es la profundidad de los sentimientos y aunque Mónic quisiera negarlo seguía amando locamente a Domincik Carbajal y eso era algo que, aunque sus labios callarán; su cuerpo lo gritaba con cada poro, con cada célula.
Muchas veces nuestro propio ser nos traiciona y ese era el caso al que se enfrentaba ahora Mónic, porque aunque la noche anterior Dominick y ella habían puestos sus límites a la hora de dormir y acordado permanecer cada uno en su lado de la cama, eso había cambiado.
Recordaba que ambos se habían ido a dormir dándose la espalda, por decisión de ella, que había impuesto sus límites y parámetros, en un esfuerzo por mantener sus propios sentimientos a ralla. Pero su cuerpo traicionero, ahora se encontraba enredado con el de Domincik mientras esté estaba profundamente dormido.
Dominick la rodeaba con sus fuertes brazos de forma protectora, atrayendo la hacía