Capítulo68
¡Exacto!

¡Solo cuando estaba llena tendría la energía para vengarse!

María estuvo completamente de acuerdo con la frase de Manuel, asintió y puso un pan de ajo en su plato: —Gracias por tus palabras. En el futuro, nunca más me menospreciaré a mí misma.

Ella no era la equivocada desde el principio, ¿por qué castigarse con los errores de Nicolás?

A partir de ahora, si alguien la insultara, ella lo respondería con fuerza cien veces mayor.

¿Cómo se podía recompensar el bien con el mal?

Después de aclarar sus pensamientos, el apetito de María mejoró considerablemente. Comió cinco pan de ajo de un solo trago. Mientras veía a Manuel mirando fijamente el pan que ella le había servido sin tocar los cubiertos, le preguntó con escepticismo: —El sabor es bueno, ¿por qué no lo comes?

Los ojos de Manuel destellaron y su apuesto rostro mostró cierta impotencia: —Lo siento mucho, pero no me gusta el ajo.

La franqueza con la que expresó su aversión dejó a María sin saber cómo continuar la conversación.
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