Capítulo 43. Secuestro.
Capítulo 43. Secuestro
No puedo estar más feliz. En serio, nunca lo he estado. Mi relación con Lucien va mejor de lo que imaginé, y Rosa está radiante con su embarazo. Aún recuerdo cuando se enteró: estaba aterrada y totalmente convencida de que Marcus la rechazaría. Pero él casi se desmaya de la alegría. Desde entonces apenas la veo. Marcus la cuida y la mima en exceso, pero supongo que es normal; ella y su bebé son su mundo y no quiere que sufran ningún daño, así que yo no lo culpo por cuidar de su familia. Aunque sea demasiado sobreprotector.
Edith, en cambio, está rara. Más de lo normal, si es que eso ya es posible. Hoy, en el desayuno, apareció de la nada y dijo que me llevaría a entrenar. Ni siquiera me dio opción a negarme. Igual que vino, se fue dejándome con la palabra en la boca. A Lucien no le disgustó la idea de que entrenara; aquí todos lo hacían y yo, como su Luna, debía dar ejemplo.
La verdad, nunca he entrenado antes. En mi antigua manada, solo lo hacían los de ran