*—Max:
Cuando volvió a la casa luego de ser sincero con su padre, Max no esperaba encontrarse con su madre justo ahí, de pie a un lado de la entrada
La luz tenue de la lámpara iluminaba su figura, destacando las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Se cubría la boca con una mano, mientras que con la otra sostenía a Pimpón, profundamente dormido en sus brazos.
Max sintió un nudo en la garganta.
—Mamá… —susurró, girándose hacia ella.
Su madre bajó la mano lentamente y le sonrió, aunque en sus ojos enrojecidos aún se reflejaba el dolor.
—Me imagino que estarás ocupado estos días, ¿verdad?
No le preguntó nada, no mencionó ni su discusión con Bradley ni la desgarradora verdad que había salido a la luz, pero Max supo que lo había escuchado todo. Sabía sobre la pérdida de su hijo. Sabía sobre su decisión de ir en contra de la familia.
Max abrió la boca, pero no encontró palabras.
—Yo…
No tenía respuestas. Planeaba estar ocupado, aunque ya no tuviera un trabajo.
Su madre asintió suav