La Sucesión

La reunión del consejo estaba en pleno apogeo cuando Gavin irrumpió en la sala con una furia palpable que hizo temblar el suelo bajo sus pies. Los miembros del consejo, sentados en la larga mesa de roble, levantaron la vista sorprendidos, pero su asombro se convirtió rápidamente en incomodidad y temor cuando sintieron la fuerza de su aura en el lugar.

- ¡Me han traicionado, malditos bastardos! - rugió Gavin, su voz retumbando en las paredes como un trueno - ¡¿Olvidan quien es el Patriarca de este Clan?!

Los ancianos se miraron entre sí, algunos con rostros pétreos, otros con evidente preocupación. Lord Beaumont, el más anciano, frunció el ceño y entrelazó sus dedos sobre la mesa.

- Baja el tono, Lord Gavin. No estamos aquí para discutir como animales.

Gavin golpeó la mesa con una fuerza que hizo crujir la madera. Sus ojos brillaban con ira y algo más... algo oscuro que se retorcía en sus pupilas.

- ¿Bajar el tono