Corazón marchito parte II

_ Hija, ¿aún no has comenzado a prepararte?- dijo ella luego de abrir la puerta sin previo aviso y sacando a la bella joven de su mundo.

_ No - respondió sorprendida- pero lo haré de inmediato.

_  Será mejor que no te tardes demasiado, recuerda que hoy tienes la agenda llena.

_ Lo sé, hoy es la fecha del año en la que soy más popular -dijo a su madre con una sonrisa juguetona que también la hizo sonreír a ella.

_ Vamos cumpleañera, date prisa.

Era sábado 15 de mayo de 2021 y con los preparativos ya listos, se llevaba a cabo una celebración de cumpleaños vespertina. Familiares y amigos se habían reunido en casa de los señores Marlyn para agasajar y despedir a su preciosa hija, Deborah Marlyn Sandoval, quien cumplía 25 años de edad y recientemente había conseguido su empleo soñado.

El ambiente del lugar estaba bastante alegre, la música era digna de la ocasión y los invitados bailaban con entusiasmo. La risas y las buenas conversaciones no faltaban, al fondo de la sala brillaban con encanto varios regalos forrados y en la mesa abundaban tanto la comida como la bebida.

Todos disfrutaban del momento especial, pero justo en medio de la fiesta, el señor Marlyn llamó la atención del público con micrófono en mano, así que los presentes no tardaron en hacer silencio para escuchar lo que diría el respetado señor de la casa.

_ Un día como hoy, nació mi querida Debbita… 

_ ¡Ay papá no empieces! Sabes que siempre me haces llorar cuando te pones sentimental.

_ Ven mi amor, ponte aquí a mi lado.

_ Oh vaya… 

Con resignación, Deborah se acercó a su padre, quien inmediatamente pasó su cálido brazo por encima de sus hombros y continuó:

_Justo como ahora, eran las seis de la tarde cuando cargué en mis brazos por primera vez a esta criaturita tan bella y delicada…  En ese entonces, me sentí el hombre más afortunado del planeta.

_ Oh papi… -dijo su hija enternecida.

_Pero lo que no sospechaba, es que ese era solo el comienzo de mi dicha. Cada día pasé una experiencia, aprendí un montón de cosas nuevas y la alegría que antes era inmensurable, ahora es infinita ¿Sabes por qué Debbita? 

_ No, ¿por qué?

_ Como padre me llena de júbilo ver como has crecido -tras decir eso volvió a mirar a los invitados y continuó- Quiero que sepan todos que mi alma salta de alegría desmedida por presenciar cómo mi hija se convirtió en una mujer independiente, luchadora y lista para enfrentar la vida.

Como Deborah temía, las lágrimas ya habían brotado de sus grandes ojos color avellana y conmovida por las tiernas palabras, abrazó a su padre con mucho cariño, lo cual provocó que los invitados celebrarán la escena con vivaces aplausos.

_Se que te lo he dicho mucho, pero quiero que cumplas tus sueños Debbita, el mundo es tuyo.

_ No te preocupes papá, dalo por hecho… Tu amada hija te asegura que va a cumplir con su cometido en esta vida, sin importar lo que pase.

_ Esa es mi niña - le dijo con una sonrisa orgullosa- ¡Bueno, sigamos celebrando!

La música volvió a sonar y continuó la fiesta, pero entre la multitud eufórica, había alguien que no irradiaba el mismo estado de ánimo que el resto. 

Esta joven de 28 años, tras oír las últimas palabras de Deborah notó algo extraño y al parecer era la única persona en la fiesta que había captado la indirecta, ella sin duda sabía cuáles eran sus verdaderas intenciones.

Una vez que terminó la celebración, Deborah se encontraba sola en su habitación haciendo un último chequeo de sus pertenencias, ya que a la mañana siguiente, se mudaría del hogar de sus padres a su nueva casa.

Ella estaba de buen humor, una vez allí podría moverse con mayor libertad porque viviría en la ciudad donde consiguió empleo. Además, estar lejos de sus amados padres, quienes no conocían todos los detalles de su venganza, le daba la oportunidad de llevarla a cabo sin preocuparse de lo que ellos pudieran pensar.

Si bien Deborah conservaba las buenas emociones que le dejó su fiesta de cumpleaños, mientras se ocupaba de lo suyo, la joven de grata belleza se concentró más en sus planes a futuro y repentinamente quedó abstraída en sus propios pensamientos.

Las ideas pasaban una tras otra en la cabeza de nuestra protagonista, pero al cabo de unos minutos su semblante de pronto se tornó taciturno y sus brillantes ojos se oscurecieron entre la tristeza y la rabia.

Sus suaves manos formaron dos puños apretados que temblaban ante todas las emociones que atravesaba y sin desearlo, le rodaron amargas lágrimas negras de resentimiento y dolor que marcaron su precioso rostro de porcelana. Deborah estaba recordando otra vez el pasado y lo que sentía en ese momento, solo la impulsaba a estar cada vez más determinada a cumplir su objetivo... 

_ Cada día estoy más cerca… -susurró- tu sentencia está dictada, no podrás escapar de tu destino, me encargaré de que así sea… maldito miserable -pronunció con rencor y voz quebrada. 

Apenas la fémina acababa de terminar su oración, alguien entró en su recámara sin siquiera avisar y en su rostro estaba reflejaba una profunda preocupación.

_ Ya me extrañaba que no hubieses venido- comentó secándose el rostro con la mano.

_ ¿Por qué lloras?

_De pronto me dio nostalgia.

_ ¿Por vivir lejos de tus padres?

_ Correcto.

_ Hum, no se si deba creerte.

_ No te culpo por tener dudas después de todo lo que sabes de mí, mi querida Agustina -dijo con media sonrisa y una mirada divertida. Por cierto, no me esperaba que estuvieses tan tranquila durante la fiesta.

_ No es que me guste formar un escándalo en tu cumpleaños, soy tu mejor amiga, ¿por quién me tomas? -terminó su frase cruzándose de brazos.

_ Que bien, no me hubiese gustado nada que hicieras un escándalo innecesario; pero parecías una aguafiestas con esa seriedad, hacías contraste con todos los invitados. Quien no te conociera, diría que eras una de esas que envidian el éxito de sus amigas.

_ Nunca he caído tan bajo; pero honestamente ¿Cómo esperas a que esté feliz cuando se lo que tramas? ¿Hasta cuándo vas a seguir con esto de tu venganza Debbie? 

_ Hasta terminarlo, ¿no es obvio?

_ Si continúas con esto, solo te vas a hacer daño. Esto es una equivocación, ¿no lo entiendes?

_ Un error sería abandonar el objetivo cuando se llega tan lejos, tú eres la que debería entender Tina… -le dijo dedicándole una mirada seria.

_No digas eso, la venganza no debería estar entre tus objetivos.

_ Escúchame, tomé mi decisión y así la mantengo desde hace 5 años.

_ Pero estás mal, deberías olvidar lo que pasó y seguir adelante.

_  Lo haré cuando acabe mis asuntos.

_ Vamos, deja a ese hombre en paz y busca otras pasiones. Vuelve a dibujar, haz arte como hacías antes, Debbie.

_ Eso no es posible, mi corazón está marchito, ya no tengo alma para el arte. Sin importar cuánto lo intente, no puedo crear nada hermoso ni mucho menos que valga la pena... Tina, mi alma murió ese día gracias a lo qué él me hizo.

Entristecida por las palabras que escuchaba con tanta sinceridad, Tina no pudo evitar llorar y abrazar a su amiga para brindarle consuelo, pero estaba más que claro que en ese momento la que más lo necesitaba era ella, quien lloraba más que la persona a la que quería reconfortar.

_Debbie, tú no eres así.

_ La vida cambia a las personas, más de lo que te imaginas.

_ Tienes que perdonar y seguir con tu vida.

_ ¿Realmente podrías perdonar a la persona que te hizo perderlo todo? ¿Podrías seguir con tu vida sin darle lo que se merece? ¿Podrías ser feliz sabiendo que esa persona tan malvada sigue con su vida como si nada hubiese pasado?

_ Debbie, escucha…

_ No Tina, ese hombre actúa como si yo nunca hubiese existido y ni siquiera muestra una sola pizca de arrepentimiento por todo lo que me hizo.

_Es verdad, pero no puedes dejar que sus acciones te envenenen.

_Lo que no puedo dejar es que sus acciones queden impunes. 

_ Debbie... 

_ No te pido que me apoyes en mi decisión, solo que me entiendas, yo tengo que hacer esto Tina, ese desgraciado va a pagar por todo lo que me hizo, aunque sea lo último que haga - tras decir eso, la idea de hacerle experimentar a Menzies todo lo que ella sufrió se hacía más fuerte.

Entre los brazos de Deborah, Tina siguió sollozando sin consuelo, pues sabía que su mejor amiga estaba completamente decidida a llevar a cabo su cruel venganza sin importarle nada más.

_Créeme que odio causarte tanto daño - comentó la cumpleañera mientras besaba la cabeza de su amiga con ternura y pensaba que no podía echarse para atrás o todos sus esfuerzos serían en vano.

_ Se porque quieres vengarte de él Debbie y si tan convencida estás de cumplir con ese horrible objetivo, espero que también sepas comprenderme a mí.

_ ¿De qué hablas?

_ Si bien estás empeñada en llevar a cabo tu venganza, yo haré todo lo que pueda para evitar que lo hagas.

_ ¿Y qué harás, Tina? -preguntó frunciendo el ceño.

_ Desde que me enteré de tus planes contra Menzies, me convencí de que definitivamente debía impedir que te perdieras en la oscuridad de tu alma y eso es lo que pienso hacer -dijo seriamente.

_ ¡No puedes ir por la vida tratando de convencer a todos de que tus métodos de hacer las cosas son los mejores!

_ Lo sé, pero si puedo ir por la vida ayudando a la gente que me importa.

_ Tina, no deberías entrometerte, estás cruzando tus límites conmigo -en su voz se notaba algo de enojo.

_ Tú misma me obligas a hacerlo.

_ ¿Qué te estoy obligando a hacer Tina? ¡Responde!

_ Si no desistes de esta locura, le diré a Menzies lo que planeas.

Deborah quedó sorprendida ante las palabras de Agustina, su corazón comenzó a latir con rapidez y por su mente pasaron muchas cosas, pero el enojo era la emoción que más la dominaba.

_ No te atreverías -dijo con voz amenazante.

_ Ponme a prueba -respondió con osadía.

_ Sabes que he estado trabajando duro para conseguir mi objetivo, no puedes hacerme esto.

_ Lo hago por tu bien, en la vida hay más opciones que el odio y la amargura.

_ Si le dices mis planes, te odiaré de por vida.

_ Puedo llevar esa carga.

_ ¡No puedes estar hablando en serio! -dijo estupefacta y frustrada.

_ Claro que lo hago, así que responde ¿Abandonarás tu venganza?

_ ¡De ninguna manera, nunca lo haré!

_ Bueno, entonces lo que sigue ya es bastante obvio, me voy a ver a Menzies de inmediato.

_ ¡No tan rápido Agustina! -dijo acercándose a su amiga y tomándola del brazo para detenerla.

_ ¡Deborah, suéltame ahora mismo!

_ Escúchame bien Agustina, puede que no te importe ser odiada por otros si con eso consigues lo que tu denominas un “bien mayor”. Pero si echas a perder todo mi trabajo, te prometo que…

_ ¿Qué? -la interrumpió- ¿Vas a amenazarme con hacerme daño?

_ No, no me atrevería a lastimarte, además eso no va a funcionar contigo.

_ ¿Entonces qué es lo qué harás? No puedes detenerme.

_ Oh, claro que puedo. Si tú me quitas mi venganza, si le adviertes a Menzies sobre mí de cualquier manera, te aseguro que me quitaré la vida.

_ ¿¡Pero qué estás diciendo!? ¿¡Te volviste loca!?

_ No, pero no voy a querer seguir viviendo si arruinas mis planes.

_ ¡Tú no serías capaz de hacer tal cosa!

_  ¿Crees que voy a ser feliz si pierdo mi propósito? -le preguntó y sacó una afilada tijera de una de sus gavetas.

Al ver aquella escena, Agustina palideció y cuando quiso pedir ayuda, Deborah le pidió que se callara.

_ Esto es entre tú y yo, mi querida amiga.

_ Estás yendo demasiado lejos.

_ Al igual que tú. Así que dime, ¿puede tu consciencia soportar esta carga? Porque tú serás la única responsable de mi muerte.

_ Deborah, suelta esas tijeras.

_ ¿Vas a arruinar mi venganza? Si tu respuesta es sí, aquí mismo me voy a apuñalar de tal manera, que nadie podrá salvarme.

_ ¡Deja de decir tonterías!

_ Responde a mi pregunta.

_ ¡Ya basta Deborah!

_ Vas a decirle sin importar lo que haga, ¿verdad?

_ Tengo que hacerlo.

_ Bien, entonces hoy es nuestra despedida.

Deborah estaba tan decidida a atravesar su carne con las tijeras, que aterró a Agustina, quien entre lágrimas gritó desesperada.

_ ¡No! ¡Por favor, detente! ¡No le diré nada!

_ ¿Lo dices de verdad?

_ ¡Sí, suelta esas tijeras!

_ ¿Cómo se qué no me mientes?

_ ¡No le diré nada de tus planes, te lo prometo! No quiero que te mates.

_ Veo que por fin nos entendemos- dijo colocando las tijeras de vuelta en la gaveta.

_ Eres terrible... mira que llegar tan lejos.

_ No puedo permitir que eches a perder mi esfuerzo.

_Tengo que irme; pero esto no ha terminado Debbie… te haré desistir de otra manera.

Ya entrada la noche, aunque Deborah quería tomar las cosas con calma, después de todo lo que pasó, le era imposible. Además, las palabras de Tina no dejaban de darle vueltas en la cabeza, así que por más que lo intentara, la joven no podía dormir tranquila. 

_ Cielos Tina, que descubrieras mis deseos de venganza es sin lugar a dudas una desventaja terrible. Dices que quieres detenerme, pero no puedo permitir que eso suceda... ¿Qué diablos es lo que tramas ahora? Te fuiste de nuestra casa tan de repente diciendo que tenías asuntos pendientes... Solo espero que no hagas una locura, sé que tú puedes llegar a ser muy osada al momento de tomar decisiones y ahora que te he quitado tu carta de triunfo al decirte que me quitaría la vida, no se con que más me vas a venir.

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