—Quizás a Salomé le emocione —dijo Ignacio, rompiendo el silencio después de unos minutos—. Será un gran cambio para ella también.
Violet abrió los ojos y asintió, considerando las palabras de Ignacio.
—No quiero que se sienta desplazada o confundida. Con eso de que te quiere solo para ella, creo que será un reto.
—Lo manejaremos con cuidado —dijo Ignacio, apretando suavemente su mano—. Le explicaremos que va a tener un hermanito o hermanita y que siempre será nuestra princesa.
La conversación continuó. Tras los minutos, Violet comenzó a sentirse menos nerviosa y estaba aceptando su nueva realidad.
El resto de la tarde pasó en calma para ambos. Se quedaron en la oficina, disfrutando de la compañía mutua y planificando con calma los próximos pasos. La conversación fluyó entre temas ligeros y serios, con risas intercaladas que ayudaban a aliviar la tensión.
—Creo que deberíamos hacer algo especial para nosotros esta noche —sugirió Ignacio—. Algo que nos ayude a recordar que,