Capítulo 156. La pieza que no encajaba
En un Galpón abandonado, a las afueras del distrito portuario había una guarida de la Bratva, allí guardaban mercancía de contrabando, esta noche era el infierno de Rachel.
Las luces eran tenues. El piso estaba cubierto de manchas de humedad y óxido. El aire olía a gasolina seca y metal viejo.
Rachel estaba atada de pies y manos a una silla. Tenía un corte en la ceja y el labio partido, pero la mirada… su mirada no temblaba.
Uno de los guardias masticaba chicle con aburrimiento. El otro, más joven, evitaba mirarla directo a los ojos.
Santiago se mantenía en la sombra, sintiendo que la situación se sale de sus manos, junto a él están los hombres que le pueden dar mucha ganancia monetaria, pero también podrían matarlo.
Nikolay solo estaba presente cuando era necesario. Y ahora lo era.
—Esta chica nos está complicando las cosas —dijo con frialdad—. Es sobrina de ese teniente... ¿cómo se llama?
—Rodríguez —resopló Santiago, de pie con los brazos cruzados.
—Rodrígue