Capítulo 137. Acontecimientos reveladores
El teléfono de Marco sonó justo a tiempo, demostrando que sus negocios rigen su vida.
Olga suspiró.
—Tus negocios te llaman.
Marco no contestó el teléfono, tomó el brazo de Olga.
— ¿Qué quieres de mí Olga? —Susurró—. Se supone que yo te dé todo lo que mereces, no que me lleves al mundo lleno de carencias al que no perteneces. Creí que habíamos superado esto.
—No, ahora no quepo en ninguna parte. Ni en lo que era que odiaba, ni la mujer sencilla que cultivé todos estos años.
— ¿Cómo qué no cabes en ningún lugar? A mi lado lo tienes todo, y si lo que quieres es libertad, acabo de dártela.
—Me la di yo misma, y con ayuda del hombre que menospreciaste y ni saludaste o mucho menos le agradeciste, tú solo me buscaste problemas, ahora pretendes llevarte la gloria.
Marco achicó los ojos y ahora Olga sabía que quizás presionaba demasiado.
—No me has perdonado que informara a Nikolay que eres mi mujer, trato de ser paciente porque has vivido años con miedo, pero tu du