Mundo ficciónIniciar sesiónEl Vampiro Perfecto
El amanecer filtraba su luz tenue a través de las cortinas de la habitación, proyectando sombras suaves sobre la piel desnuda de Alessia. Damian la observó en silencio, su respiración aún tranquila, su cuerpo relajado contra el suyo. Había cumplido su promesa, una y otra vez, con una intensidad que lo había sorprendido tanto como a ella.
Pero algo más lo inquietaba. Su cuerpo seguía cambiando.
Sentía su resistencia aumentar, su fuerza fluir con una naturalidad inusual, su agilidad afilarse como una cuchilla. Sus sentidos estaban más agudos que nunca. Podía oír el latido pausado de Alessia, el roce de las sábanas contra su piel, incluso los pasos distantes de los guardias en los pasillos.
Tendría que preguntarle a Renard.
Y como si su pensamiento lo hubiera invocado, se escuchó un golpe seco en la puert







