Haciéndote Mía
El hombre se inclinó sobre ella, su boca rozando la piel de su cuello, sus clavículas, la curva de sus senos, dejando un rastro de besos y fuego en su camino. La sintió arquearse, rendirse a su toque antes de penetrarla y hundirse en ella con urgencia.
Cuando finalmente la tomó y fue consciente de que estaba dentro de ella, lo hizo con la certeza absoluta de que no había vuelta atrás. Vampiro o unicornio. Esa mujer le pertenecía. Era suya.
Alessia lo envolvió con su cuerpo, con sus piernas, con su aliento entrecortado y su mirada encendida. No fue solo un encuentro de cuerpos. Fue el instante en que la unión física se completó, en que el universo pareció alinearse en ese momento preciso, en que el destino de ambos quedó sellado para siempre.
Damian comenzó a moverse entrando y saliendo de ella con cada músc