En El Borde
La calidez de un cuerpo fuerte la envolvió en un abrazo inquebrantable y antes de que pudiera reaccionar, un aroma familiar -intenso, humano y marcado por un deseo contenido- la inundó.
Damian.
Vestido con su uniforme de agente, la miraba con una desesperación cruda, el sudor frío perlándole la frente, su pecho subiendo y bajando con respiraciones agitadas.
Alessia sintió un escalofrío recorrerla ¿Cómo había llegado hasta aquí?
Pero antes de que pudiera pronunciar palabra, Damian la besó.
El tiempo pareció detenerse en el instante en que los labios de Damian se encontraron con los suyos. Fue un beso desesperado, lleno de una necesidad primitiva, como si el mero contacto pudiera anclarlo a la realidad antes de perderse en el abismo.
Alessia sintió el calor de su cuerpo contra el suyo, su aroma inconfundible mez