-¡Sí, más! -gritó Lara, cambiando de dirección las manos y agarrando la nuca de él, atrayendo su rostro hacia sus amplios pechos.
Sus palabras lo impulsaron. Chupó con más fuerza su pico hinchado, mojando la delicada tela de su sujetador, mostrándole el contorno oscuro de sus pezones rosados.
Sus manos recorrieron su espalda, desabrochando rápidamente el cierre de su sujetador. Quería saborear su piel. Levantó la cabeza solo lo suficiente para lanzar la delicada prenda al otro lado de la habitación, luego volvió a bajar la cabeza, esta vez hacia su otro pecho, devorándolo al instante.
Sus gemidos de deleite y necesidad intensificaron su deseo ya al máximo, dándole la fuerza para satisfacerla antes de lanzarse y ocuparse de sus propias necesidades.
Con un toque ardiente, su mano descendió, desabrochando hábilmente sus pantalones y tirándolos al suelo. Por mucho que deseara contemplar la exquisita exhibición del cuerpo de Lara en sus bragas de satén, la deseaba aún más desnuda y mojada