Erick y Lara entraron en su suite y él se dirigió inmediatamente a la pequeña cocina, donde encendió la cafetera. Ya estaba lista, así que todo lo que tuvo que hacer fue presionar un botón para que el líquido oscuro comenzara a hervir.
Su teléfono celular sonó mientras estaba dando vuelta una de las tazas. Bajó la mirada y suspiró antes de presionar un botón y hablar por el pequeño dispositivo.
Se alejó de ella, supuso, para tener privacidad.
Lara pensó que tenía tiempo. Parecía que él iba a quedarse allí toda la noche, así que seguramente podría convencerlo de que lo mejor era que él se quedara y terminara sus asuntos y ella se fuera a casa.
-Tengo que salir -dijo Erick, sorprendiendo a Sierra con la irritación en su voz.
-¿Qué? Tenemos que hablar -dijo ella, sin siquiera intentar ocultar el enojo en su voz.
"Un amigo está en la ciudad a quien no he visto desde hace tiempo".
Lara lo miró sorprendida, notando que un poquito de celos intentaba apoderarse de ella. No importaba que él sa