Las palabras revolotearon por su cabeza, y al segundo siguiente sintió que el corazón se le caía hasta el estómago, y una presión horrible en su cabeza que la llevó a bajar la carta de golpe, posando los ojos en el vacío frente a ella.
¿Ezra no era su padre? ¿Tyrone Hamilton lo era?
Apretó los labios, reprimiendo un jadeo de sorpresa, en tanto su mente comenzaba a traerle recuerdos del pasado, de la persona que hasta ese momento pensaba era su padre biológico.
Ezra era un buen padre cuando su madre estaba viva; sin embargo, nada más ella morir, las cosas cambiaron.
Frunció los labios y volvió a alzar el papel.
«Él no lo sabe», continuaba la carta, «porque jamás se lo dije, pero es tu padre biológico. Poco después de que nos reencontramos, simplemente tuvimos un momento de debilidad, y para cuando me di cuenta, bueno, estaba embarazada. Nunca se lo dije a Ezra tampoco, jamás podría. Eres idéntica a mí cuando tenía tu edad, te debes parecer mucho más ahora que eres una adulta, pero tus