8. Disneylandia.

Adler: 

No sabia bien lo que estaba haciendo, ¿o si? Supongo. 

No pude resistirme a decirle que no a Olivia sobre llevarla a donde quería ir. Ahora mismo me desconozco, es la primera vez que complazco a alguien que no sea yo mismo y estaba un poco impresionado. 

Por otro lado, quería tenerla contenta para que me siga preparando el pollo que me gusta porque para ser honesto anoche no estaba prestando la más mínima atención mientras lo preparaba, solo la veía a ella y eso me causaba un conflicto interno bastante grande.  

No quería permitir eso, por eso tome esos diez días en los que no la llame, de solo recordar la forma en que caminaba en mi oficina de un lado a otro con el teléfono en la mano debatiéndome entre llamarla o no, porque después de soñar con ella de esa forma, he estado inquieto. 

Cada vez que me acostaba a dormir pensando en ese sueño, anhelaba soñar con ella de nuevo pero una parte de mi me decía que no debía hacerlo y que estaba mal. Ella no me gusta, o al menos eso pensaba después de ese sueño tan extraño. 

¿Como puede gustarme una persona que cree en la Astrología? No podría fijarme en alguien así, ella es tan habladora, pregunta demasiado cosa que me molesta, no tiene sentido de la moda porque se viste extraño.

Luego están esos ojos cafes claros deslumbrantes, ese largo cabello, esa risa horrible y la sonrisa... Me causa demasiado conflicto verla, pero no verla me causa rabia, joder, ni yo mismo me entiendo. 

En este viaje tengo que descubrir si me gusta de verdad o es solo un maldito capricho. 

—Sigo pensando que invitar a tu amiga fue innecesario. 

—Adler, no hagas comentarios despectivos hacia ella, porque si lo haces me voy. 

—No pensaba decirlo de todas maneras —estaba parado detras de ella, vaya que es pequeña— ¿tarda mucho? El vuelo sale en media hora. 

—Ahí viene. 

Una chica de cabellos rizados bastante abundante venia hacia nosotros. Es alta, de piel morena y bastante excéntrica, es bonita. Pero no mas que Olivia.

—Adler, te presento a mi mejor amiga Maya. 

—¿Es tu novio? —Olivia asintió— no me dijiste que el gran Adler Hoffmann era tu novio nena, lo tenias bien escondido. Maya, un gusto primor. 

—Adler —estreché su mano. 

Luego apareció Brian, invitarlo fue una forma de desquitarme con Olivia porque insistió con su mejor amiga así que hice lo mismo. Yo quería un momento a solas, así que quise desquitarme.

—Amigo, Olivia —le dio un abrazo— que gusto verte, estas muy linda. 

—Detente —le dije y el rodo los ojos. 

—¿Quien es esta belleza? —miró a Maya— Brian Wilson, mejor amigo de Adler. 

—Maya —estrecharon las manos, ella no se veía cómoda con Brian. 

Ojala esta chica sea la horma de su zapato. Brian está acostumbrado a conseguir la mujer que quiere si le da la gana y termina desechándolas, me encantaría que llegara una que lo trate de la misma forma. Si es esta chica, voy a disfrutarlo mucho. 

(...)

Tomamos el vuelo en segunda clase por petición de Olivia ya que no quería ir en primera ya que eso seria demasiado exagerado para ella. Patrañas. 

Había hecho las reservaciones con antelación, fue un poco difícil pero no hay nada que unos buenos contactos no puedan lograr. 

En media hora estaríamos aterrizando en Los ángeles. 

—¿Estas emocionada? 

—Lo estoy —sonrio— siempre soñé con venir, ahora se me va a cumplir. 

Maldito hoyuelo que sale de su mejilla cuando sonríe. Es hermoso. 

Miré a Brian quien hablaba con Maya, ella solo lo escuchaba mientras que el parecía esforzarse por hacerla caer en su charla de lo hermosa que son las chicas del color de su piel. Mi amigo va a tener que cambiar de táctica. 

—Ponte el cinturón, ya estamos por aterrizar —le susurré en su oído. 

—Bien. 

El avión aterrizó sin ningún problema. Ayude a Olivia con su bolso para que ella pudiera salir. Bajamos del avión después de algunos minutos, luego hicimos lo correspondiente en el aeropuerto. Olivia se fue adelante con su amiga a buscar las maletas. 

—La amiga de Olivia es una chica dificil. 

—Si vas a jugar con ella, dejala en paz.

—Me gusta, es preciosa, ademas que entra en mis estándares. 

—A ti te gusta hasta una escoba con falda, de igual manera, suerte amigo. 

—No me dijiste a que se debe este viaje.

—Quería un fin de semana a solas con mi novia, pero a ella se le ocurrió invitar a su amiga, por eso te invité. 

—Y yo pensando que querías un tiempo de amigos —se puso la mano en el pecho— eres cruel.

Rodé los ojos ante su dramatismo barato. Ayude a Olivia con las maletas ya si los cuatro salimos del aeropuerto. El hombre a quien le alquile el auto estaba afuera esperandonos, me entrego las llaves junto con el papel que consta que es alquilado. 

Brian y yo subimos las maletas mientras que ellas ya estaban dentro del auto. Fruncí el ceño al ver a Olivia atrás, se supone que iría adelante conmigo. 

—Pense que irias conmigo adelante —me asome por la ventana. 

—Iré con Maya aquí atrás si no te molesta. 

—No diré nada si me das un beso. 

—Eres un tramposo Adler —asentí de acuerdo—, no te daré nada, debes ser justo. 

—Deja de ser tan mezquina —ella negó— solo uno.

—Bien —me dio un beso en la mejilla— no hay mas.

—Por ahora —ella negó, su amiga reía. 

Subí al auto y lo encendí, Brian se sentó a mi lado y conduje hacia el resort. Había pensado en quedarme en un hotel pero decidí reservar en el hotel dentro del mismo parque. El paquete estaba incluido así que no me pude negar. 

Conduje alrededor de una hora y media hasta llegar al área del hotel, estacione el auto en la entrada y ambos bajamos, los ballets sacaron las maletas y las pusieron en el carro. No venia a Los Ángeles desde hace dos años, no ha cambiado nada. 

—Olivia, despierta, llegamos —la moví un poco.  

Ella despertó y la ayude a bajarse. Le di las llaves al chico para que lo estacionara, luego entramos al hotel toda la recepción gritaba Mickey Mouse por todos lados. Niños corriendo por todos lados, vaya que este lugar trabaja todos los días del año. 

—Bienvenidos a Disneyland hotel ¿tienen reservación? —preguntó un hombre de forma amable. 

—Si, a nombre de Adler Hoffmann. 

El hombre empezó a buscar en la computadora, luego saco tres llaves. 

—Las llaves de sus habitaciones, tengan una linda estancia. 

—Gracias —dijo Olivia.

Le di la llave a Brian y a Maya, ellos estan en un piso mas abajo que nosotros. 

—Nos vemos en media hora —les dije. 

Tomé a Olivia de la mano y la lleve hacia el ascensor. El chico subió con nosotros al ascensor, llegamos al piso correspondiente y entramos a la habitación, el chico dejo las maletas en el pasillo y le di un billete por la atención. 

La habitación es enorme, con unos sofás y televisión grande, una pequeña mesa con un microondas, cafetera y algunas utensilios de cocina, cerca de la ventana había una mesa con dos sillas y la cama en medio de la habitación, a mi me gusta. 

—¿Te gusta?

—Esta habitación es enorme —se fue hacia la ventana— hay una piscina abajo,  aunque no pensé que dormiriamos en la misma habitación. 

—No iba a dejarte dormir en otro lado. 

Me acerque a ella y me puse a su lado. 

—Hoy no finjamos ser novios —nos miramos—, tendremos una cita en el parque. 

—¿No crees que vas muy rápido?

—Jamas habia ido tan lento en mi vida Olivia, tenemos pocos días de habernos conocido, pero pienso que podemos intentarlo. 

Necesito descubrir si me gusta de verdad, aunque siento que se la respuesta, quisiera descubrirlo por mi mismo. 

—Voy a cambiarme, muero de hambre. 

Tomo su maleta y la subió a la mesa, sacó ropa para cambiarse. Se metió al baño, por mi lado tomé la mía y saque la ropa para meterla en el closet de la habitación, estaríamos todo el fin de semana así que no tiene sentido tenerla en la maleta. Saque también la ropa de Olivia y la ordene junto a la mía. 

Ya tenía el itinerario preparado, pero el dia de hoy iríamos al parque y que ella haga lo que quiera. Me dijo que siempre quiso venir así que haga lo que desee. 

Olivia salió del baño ya cambiada. Se puso un pantalón negro ajustado con una blusa de tirantes blanca y una chaqueta de Jean, se recogió el cabello en una coleta. 

Yo fui al baño para cambiarme rápido. Un jean con una camisa de algodón y una chaqueta de Jean casi igual que Olivia, me puse una gorra y ya estaba listo. 

—Si ya estas lista, nos vamos. 

—Mas que lista —sonrió emocionada. 

—Ten —saque de mi maleta una cámara polaroid y se la di— para que tomes las fotos que te de la gana. 

—¿Es mía? —asentí— gracias Adler. 

—Me conformo con un beso. 

—Deja los besos para otro momento, mejor vamos a comer algo, estoy hambrienta. 

—Bien —tomó mi mano— ¿quieres ir al parque? 

—Si, claro que quiero ir. 

(...)

—No me pondré esa cosa en la cabeza, olvídalo —aparte de mi las orejas de Mickey Mouse.

—Vamos Adler —negué—, yo tengo unas. 

—Un hombre no usa esas cosas. 

—Esta mal ese comentario ¿lo sabes? —asentí— ¿porque lo dices entonces?

—Porque no quiero usar orejas de Mickey Mouse en mi cabeza, por eso. 

—Si te doy un beso ¿la usas?

Deje de mirar el castillo para verla a ella. Era un beso así que asentí. Me agache un poco para que ellas las pusiera sobre mi cabeza. 

—Ahora una foto —negué varias veces— a cambio de otro beso. 

—Me veo ridículo. 

—No es cierto —sacó la cámara de su bolsito de Minnie que me hizo comprar— sonríe Adler.

—Te dije que no me gusta sonreir. 

Ambos estábamos sentados en una mesa, Maya y Brian fueron por la comida. Paseamos por algunas atracciones y tiendas. Olivia le tomaba foto literalmente a todo. Estábamos esperando que cayera la noche para ver la función de los juegos artificiales. 

—Aqui esta la comida —Brian la puso sobre la mesa. 

Hamburguesas, papas, gaseosas y pizza. Demasiadas calorías para mi cuerpo, si esto sigue así me costara bajar lo que comeré aquí el fin de semana. Yo prefiero el pollo que hace Olivia. 

—Hay que ir a la atracción de Piratas del caribe —le dijo Maya a Olivia. 

—Tenemos que entrar —me miró— ¿qué dices?

—No me gustan pero esta bien.

—¿No comerás? —negué— come un poco Adler.

—Vamos primor, come un poco —dijo Brian en tono de mujer. 

—Idiota. 

—Me amas asi —empezo a comer— tienes que probarla, es increíble. 

Tome la hamburguesa y la comí, la verdad si estaba buena, pero apuesto que Olivia hace unas mejores que esta. Aun así me la comí, en serio tenía hambre. 

Después de comer, pagamos y los cuatro seguimos paseando. Olivia no dejaba de tomarse fotos, también lo hacía con su amiga. Me sentí bien al verla así de contenta, sabía que sería un sueño para ella estar aquí. Y me siento afortunado de habérselo cumplido. 

Yo jamas habia experimentado esta sensación de calidez que no fuera con mis padres,  Olivia me da esa calidez que es distinta pero igual de que reconfortante, que hace que todo desaparezca a mi alrededor y pueda verla solo a ella. 

Cuando llegue a la adultez me preguntaba ¿qué es el amor? Quería sentirme vivo y pleno, pero me di cuenta de que no podía sentir eso por nadie, sentía que nadie podía llenar ese vacio que habia dentro de mi. Por eso me negué a ello. 

Siempre quise a alguien perfecto para mi, alguien que fuese como yo en todos los aspectos, pero vaya vueltas que da la vida, apareció en mi camino Olivia que es todo lo contrario a lo que quería. Perfectamente imperfecta, esa es la palabra que la describiría. Alguien fuera de mis estándares, fuera de todo lo que quise e imaginaba, ella es todo eso que no quise tener en mi vida y ahora que ha llegado, no quiero que se vaya. 

Quiero enamorarme, quiero saber que se siente amar y ser amado y hare lo que este en mis manos por lograr ese objetivo y aun mas si ella es la razón. 

Olivia corrió hacia mi, me tomó de la mano y sonrió, al estar a su lado todo pasaba en cámara lenta, así podía sentirlo. Sus ojos miraron los míos y aun esa sonrisa no desaparecía de su rostro. Mi corazon latia tan fuerte que sentia que se podia salir en cualquier momento. Y ahí fue cuando una sonrisa apareció en mis labios con solo verla. 

—Sonreíste —asentí— no puedo creerlo Adler, sonreiste. 

—Por ti, por eso fue —la acerque mas a mi.

Me dio un beso en la mejilla. 

Fuimos hacia la multitud, ya estaba cerca la hora de los fuegos artificiales. Los cuatro nos pusimos en un buen lugar, abrace a Olivia por los hombros y la pegue mas a mi. Se escucharon los relojes hacer la cuenta regresiva, todos gritaban al unísono el conteo. Yo solo miraba a Olivia que no dejaba de sonreír. Los fuegos artificiales empezaron a alumbrar todo el cielo, a mi no me interesaba, solo podía verla a ella, no dejaba de mirarla, es mas hermosa que esos fuegos artificiales. 

Volteo solo un momento hacia mi, así que la tome del rostro y le deje un beso en los labios, beso que de inmediato me correspondió. Ahora lo se, ella me gusta y no pienso ocultarlo mas. 

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