LAURA
Dos semanas más tarde
El baño de la universidad estaba casi vacío, solo Khalessi y yo nos encontrábamos allí. Nos apoyamos en el lavabo mientras charlábamos sobre la aburrida case del maestro Erick. Khalessi lo encontraba sexy y muy apetecible.
—Te juro que estaba a si de besarlo —decía Khalessi entre risas señalando una distancia entre son sus dedos—. Cuando dijo que mi ensayo parecía escrito por un robot sin emociones, su mirada se tornó tan linda y dulce que quería lanzarme a su brazos y besarlo con ansias locas.
Yo intenté reír, pero un malestar repentino me cortó la diversión. Un nudo se formó en mi estómago y la náusea subió rápidamente por mi garganta.
—¿Laura? ¿Estás bien? —preguntó Khalessi, frunciendo el ceño.
Me cubrí la boca y respiré hondo, tratando de calmar la sensación, pero fue en vano.
—Dios… qué mal me siento —murmuré.
Entonces me acerqué a ella, olfateando el aire con una mueca.
—Por cierto… deja de usar ese perfume, huele horrible.
Khalessi se llevó una mano