Mundo ficciónIniciar sesiónEn un universo donde los dioses y los ángeles juegan un papel crucial en el destino de la creación, Helel Ben Shahar, el ángel más amado por los padres de la creación, se enamora perdidamente de Hera, la diosa desterrada de la ciudad de cristal. Juntos, desafían las leyes divinas y desatan una rebelión para reclamar el trono que le pertenece a Hera. Sin embargo, su amor prohibido les cuesta caro: tras una feroz batalla, son condenados por el supremo Ismalkahama a reencarnar en la Tierra, donde sus identidades y poderes son borrados. Hera, ahora conocida como Daniels, vive en la miseria, mientras que Helel, rebautizado como Lucifer, disfruta de una vida de lujos. A pesar de sus destinos separados, el Dios del destino orquesta un reencuentro que despierta recuerdos olvidados y pasiones antiguas. Juntos, deberán enfrentarse a su pasado y a un dios solitario que reina en la ciudad de cristal, en una lucha por recuperar su amor y su lugar en el cosmos. ¿Podrán Lucifer y Daniels romper las cadenas de su condena y reclamar lo que les pertenece?
Leer másEra la noche del viernes, la despedida de soltero de Emiliano Monter, el hombre más rico y frío de la ciudad.
Emiliano Monter estaba sentado en el amplio mueble rodeado de sus amigos, no eran más que seis hombres, los únicos seis en los que él podía confiar realmente.
Las luces se apagaron, apenas se encendió una en el centro del techo que apuntó hacia un punto en específico donde una mujer rubia apareció.
Tenía el cabello corto a los hombros y una máscara que le cubría el rostro, un traje de cuero que ajustaba su perfecta silueta con cadenas de plata que hacían ruido cuando la mujer se movía.
La música comenzó, los amigos de Emiliano se inclinaron hacia el frente para ver el espectáculo, pero él simplemente se encogió de hombros, no quería una despedida de soltero, tampoco quería una bailarina exótica, pero ¿quién podía decirle que no a su amigo Samuel?
La mujer estiró las caderas y arqueó la espalda.
Era indudable que era un espectáculo de mujer, con la figura marcada, las piernas torneadas, pero había algo peculiar en ella. Emiliano se inclinó hacia el frente, estrechando los ojos.
No frecuentaba nunca lugares de estriptis, pero aquella mujer se le hizo curiosamente conocida.
La música llegó a su punto álgido, la mujer se contoneaba, bailaba, tenía movimientos sexys y una buena flexibilidad.
Notó como sus amigos comenzaron a emocionarse de más, pero él ciertamente estaba un poco aburrido.
Se recostó en el mueble con los brazos cruzados y observó el show en silencio.
— Vamos, anímate —le dijo Samuel meneándolo por el hombro — la contraté especialmente para ti, es toda una joya, y una ganga, era de las más baratas, pero la verdad no veo por qué. Para mí era la más atractiva de todo el catálogo, además, baila increíble. Mira esas caderas — la música seguía sonando a todo volumen, cuando terminó, los hombres aplaudieron.
La mujer no se quitó el antifaz.
La siguiente canción era más lenta, más seductora.
La mujer se tocó el cuerpo.
— Mira eso, todo eso puede ser tuyo esta noche —pero Emiliano negó.
— No, sabes que no me gustan ese tipo de cosas, no me voy a acostar con ella.
— ¿cómo que no? ¡pagué un precio muy alto para que viniera hasta aquí! No puedes hacerme eso.
— ¿No dijiste que era la más barata?
— Sigue siendo mucho para mí, no todos somos los presidentes de la empresa de moda más importante del país, ¡Vamos!
— Para nada, Samuel, me caso mañana.
— Sí, pero no te casas por amor. Yo más que nadie sé que es simplemente un negocio, además ni siquiera es un buen negocio — su amigo parecía frustrado.
— Claro que la amo — mintió — además, necesito una esposa temporal para que Casa Monter logre ese contrato con su familia, una vez terminen nuestras actividades con la empresa de ella… no sé.
— Bien, no te creo que te cases por amor con la pelirroja, pero si aún es así, ¿qué te impide llevarte a la cama a esa preciosura? — Emiliano pasó saliva, ciertamente no tenía la respuesta a esa pregunta, pero no le pareció correcto. Al ver la duda en los ojos de su amigo, Samuel se tronó los dedos y Emiliano notó sus intenciones.
— Pues si ella quiere, entonces tú acuéstate con ella — Emiliano se encogió de hombros.
— Bien, no soy mucho de recoger las sobras de mis amigos, pero hay tiempos oscuros y hay que aprovechar —Samuel se puso de pie y caminó hacia la mujer, ella se acercó a él y comenzó a bailarle cadenciosamente.
Su amigo trató de agarrarla por las caderas, pero ella tomó sus muñecas y las levantó en el aire impidiendo que la tocara.
Aquello solo hizo emocionar más a Samuel, sus compañeros aplaudían y chiflaban.
Emiliano se recostó aperezado en el mueble y observó la escena, su amigo trataba de bailar con la chica, pero lo cierto es que era pésimo bailando.
Ella se meneaba y lo seducía, pero no parecía dispuesta a ir más allá.
Cuando el hombre estiró la mano y la puso sobre uno de los senos de la bailarina a través del traje de cuero, ella se inclinó y le murmuró algo al oído.
La cara de su amigo cambió, del placer más erótico al la sorpresa más absoluta.
— ¡¿Cómo que no?! — dijo enojado.
El que controlaba la música le bajó un poco el volumen.
— ¿Qué está pasando? —preguntó Emiliano.
En cuanto la bailarina escuchó su voz, clavó los ojos en él, pero la luz del techo y la oscuridad de la casa le impidieron verlo con claridad.
— Pues que aquí nuestra bailarina me dice que no la puedo tocar, que ella es sólo bailarina — la muchacha se quedó paralizada en medio de la luz, la música se detuvo.
Uno de los amigos salió corriendo a encender las luces.
Cuando lo hizo, Emiliano notó que era incluso más joven de lo que parecía, no podía ser mayor de veinte seis, pero el antifaz le cubría todo el rostro.
Samuel la tomó por la muñeca con fuerza.
— Yo pagué mucho dinero para traerte aquí, ahora no te me vas a negar — la mujer se soltó con fuerza del agarre de Samuel.
— Cuando me contrató, en el catálogo muy explícito estaba que yo no era una prostituta, solo una bailarina, por eso era más barata que las demás. Si quería acostarse con una debió haber pagado las más caras — Emiliano sintió un extraño escalofrío en la columna. Esa voz...
Caminó hacia la mujer, la tomó por la muñeca y en un hábil movimiento antes de que ella lograra hacer algo se deshizo del antifaz de su rostro y entonces la vio.
Las fuerzas del cuerpo le fallaron, el antifaz en su mano cayó al suelo y rodó hasta estar a los pies de sus compañeros anonadados al otro lado.
La bailarina parpadeó un par de veces, pero en cuanto lo vio, en cuanto lo reconoció, abrió los ojos como la luna llena.
Espantada, apretó los labios y luego dio un paso atrás, pero seguía atrapada en el fuerte agarre de Emiliano en su muñeca.
— ¡Tú¡ —le dijo Emiliano, la voz le tembló.
Samuel los miró a ambos sorprendido, luego se aclaró la garganta.
— ¿Acaso la conoces? —Emiliano asintió.
— ¿Que si la conozco? ¡Esta mujer es mi esposa!
Se encontraron en el clímax de su unión divina y mortal, el mundo parecía desaparecer a su alrededor. Entre jadeos, susurros, gemidos, las palabras fluían desde lo más profundo de sus almas.Lucifer con la voz cargada de emociones que penetraban lo más profundo del cuerpo y divinidad de Daniels. Le susurraba a media voz. —En este momento siento que somos algo más que humanos. Es como si fuéramos luz, estrellas, algo que no puede romperse.Daniels sintiendo las emociones profundas dentro de su cuerpo, sintiendo el deseo de su amante una vez más, le mencionó a punto de explotar el universo en un gemido. Susurrándole contra sus labios. —¡Es porque lo somos! Somos eternos, amor mío. ¡Incluso! ¿Cuándo este cuerpo no sea más que polvo? Esta conexión continuara viva. Porque, ¡Somos Dioses!Lucifer le hizo a Daniels prometerle una cosa más, le hizo que le jurara un deseo más, como el de amarse por la eternidad. —Prométeme que, ¿pase lo que pase? Nos encontraremos una y otra vez.Daniels con v
Daniels y Lucifer se retiraron del risco para dirigirse hacia la mansión, esa misma noche la celebración se llevó a cabo como Lucifer lo había planeado. ¡A pesar de los incidentes, confusiones y batallas espirituales! Todo parecía llegar a una resolución favorable.Banfield se encontraba satisfecho por todo lo que ahora estaba sucediendo, su alegría era inmensa y sabía que con todo lo conseguido, su señor Samael le recompensaría infinitamente.Samael claramente se encontraba en la mansión de Lucifer, juntamente con todos los príncipes infernales, llamando a Banfield a la parte más recóndita de la mansión. —¡Has cumplido con todo lo que se te fue encomendado! No podríamos estar más satisfechos con tu trabajo. Ciertamente nuestro señor Lucifer aún no ha recuperado sus memorias y pareciera que aún sigue atrapado en esa maldición, pero, ¡nuestra madre está de vuelta! Por lo que ella se encargara del resto. Así que cada uno de los príncipes del infierno te otorga las nueve llaves del infie
Lucifer estaba asimilando las palabras de Daniels, un hombre culto y conocedor de todas las culturas del mundo terrenal. Lucifer aun con incredulidad en sus palabras no dejó de mencionar. —¡Me Ha quedado claro lo que acabas de mencionar Daniels! Quizás sobrepasaré los límites, podría mencionar que, ¡incluso podría llegarme a inventar que todo lo que existe a nuestro alrededor ha sido solo el capricho de un creador! El verdadero objetivo de mi anterior declaración es por el hecho que he llegado a preguntarme. ¿Sera posible que esa divinidad suprema está en contra de este amor? ¿Cómo es posible que un ser creador que dice amar a su propia creación esté en contra del amor de dos personas? Me preocupa en el sentido de amarte toda una vida y no tener la oportunidad de estar a tu lado por siempre.Daniels en verdad deseaba que Lucifer captara de manera espiritual todo lo mencionado, pero parecía que Lucifer no lograba recuperar sus memorias de esa manera.De momento Daniels le permitió a Lu
Daniels se prometió que no iba a permitir que Lucifer desde ahora en adelante se alejará de su vida, estaba tratando la manera de insistir en observarse constantemente a los ojos, con la ilusión de provocar que el espíritu interior de Lucifer logrará despertar por completo sus memorias y romper la maldición.A pesar que Lucifer se encontraba propenso a despertar, a pesar que Lucifer estaba en esa situación en la cual su espíritu había logrado encontrarse con su divinidad, ¡aún estaba lejos de su verdadera realidad! Ciertamente no era un Dios de nacimiento, como en este caso sí lo era Daniels. Por ese motivo para Daniels fue más fácil que llegará a recuperar primeramente sus memorias y posteriormente su divinidad en su cuerpo mortal.En el caso de Lucifer aún debía traspasar esa barrera del lado espiritual a lo mortal y lograr con su energía celestial e infernal, como la que Daniels había conseguido. Para Lucifer era el paso a dar, para Lucifer no le era imposible, porque ya lo había l
Lucifer asumió su conversación con Daniels de una forma en la que el intento de la primera vez entre ellos no había resultado de la mejor manera posible, por lo que era más que obvio que Lucifer solo conocía en ese momento a la mortal Daniels, pero a la verdadera esencia que se encontraba por dentro de ese cuerpo mortal, era que en ese instante Lucifer no recordaba.Desde ese momento Lucifer sintió que su reencuentro con Daniels estaba transformando su existencia y lo que había perdido tras haberse alejado de ella e intentar olvidarla. Para Banfield se convirtió en un estado de emoción tras observar a los seres divinos reencontrarse de la manera en la que todos en el mundo infernal lo deseaban.Banfield no intervino en lo absoluto y les dio el espacio que necesitaban para llegar a sentir el verdadero amor que lo unió desde el inicio de los tiempos. Sin embargo, desde ese instante Daniels no iba a permitir que Lucifer se alejara de su vida, ¡menos ahora que por fin y nuevamente había l
Hades se consternó con la declaración de Daniels, dejando incógnitas en su interior. —¿Por qué no actúas de inmediato? Eres capaz de provocar el despertar de Lucifer, como lo he provocado mientras caminaba entre ustedes con el cuerpo de Ragnar.Daniels se acercó y le recriminó tal acción. —¡Imbécil! ¿Caminaste a mi lado y no fuiste capaz de despertarme? ¿De haberlo provocado? ¡Nada de esto estaría sucediendo ahora! Seguramente Lucifer ahora mismo ha de estar atormentado por no saber cómo me encuentro.—Me imaginé que era más fácil hacer que Lucifer despertara por si llegaba a ocurrir algún efecto que desconocíamos de la maldición, así que no me culpes por desearte el bien. —exclamó Hades ante la mirada amenazante de su hermana.Daniels se molestó en extremo con Hades, aun así, mencionó susurrando. —Sabes que no le deseo el mal a Lucifer, espero no llegar a sufrir por lo que pueda suceder con Lucifer si se llega a enterar Elyon que he regresado. ¿Desde el mismo momento en el que su per
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