—¿Sorprendidos?
Pregunta mi madre entrando con elegancia a la sala y el emperador se coloca en pies.
—¡Guardias! ¡Encierrenla!
Grita y los guardias comienzan a movilizarse, pero el gruñido de Raizel los hace detenerse y yo me coloco en pies de manera delicada.
—Un solo dedo a mi madre y juro que me las pagarán.
Hablo con autoridad y todos los nobles comienzan a murmurar entre ellos.
—Señores, ante ustedes les presento a la antigua emperatriz ninfa Adelia Chandler.
—¿Adelia Chandler? Pero está muerta.
—¿Muerta? Jajaja, no lo creo.
Dice mi madre y mueve sus manos para así crear una hermosa rosa de color rojo.
—Mi verdadera madre estuvo cautiva todo este tiempo gracias a el duque Ivanov y nuestro emperador ¿Qué tienen ambos que decir al respecto?
Todas las miradas se dirigen a ambos hombres y mi padre junto al emperador me miran con evidente odio.
—Hija, se que no te sientes bien por lo que ha hecho tu madre… Creo que deberías ir a descansar.
—Ya he descansado lo suficiente