ADELAIDA:
Despierto y observo al lobito bien dormido, así que me dedico a admirar su hermoso rostro varonil hasta que abre sus hermosos ojos.
—Buenos días.
Murmuro con la voz ronca y este sonríe volviendo a cerrar los ojos mientras coloca su rostro en el hueco de mi cuello.
—Buenos días hermosa ¿Lista para parir?
Me pregunta y suspiro haciendo un puchero.
—No estoy lista, pero debemos de llegar con tiempo a nuestra manada.
Murmuro y él sube su rostro inmediatamente para mirarme con una sonrisa.
—Me gusta como suena eso… Nuestra manada.
Raizel besa mis labios castamente y luego baja su rostro a mi vientre.
Entra sus manos por debajo de mi vestido y acaricia mi piel con devoción.
—Está creciendo… Pronto tendrás un vientre inmenso.
Menciona con una sonrisa y yo abro los ojos.
—Mierda… No había pensado en eso… Mi vientre va a crecer y estaré gorda como una vaca.
Digo con preocupación y Raizel se ríe.
—Estarás hermosa mi luna, eso te lo puedo asegurar.
Dice para luego levantarse y comenza