Demian salió de casa, antes de hacerlo, se encontró con Russell Hesmer, quien lo tomó del cuello de la camisa estaba enfurecido.
—¡¿Cómo te atreviste a maltratar a Marina?! ¡Eres un absoluto idiota!
—¡No te metas conmigo! —exclamó Demian empujándolo
—¡Demian House! —exclamó Alana al llegar—. ¿Qué pasa contigo?
—Tampoco te metas —exclamó en un grito que asustó a la mujer, y lo miró incrédula.
La mujer se acercó a él.
—¿Qué te pasa, hijo?
—¿Hijo? Mejor ve a ver a tu único hijo que al fin, ya despertó.
Los ojos de Alana y Russell se abrieron enormes, lo ignoraron y fueron corriendo adentro de la mansión, entonces, Demian aprovechó para irse.
«Debo averiguar si estas fotos son reales o no», pensó
Demian subió al auto y manejó.
Apenas subieron la escalera, escucharon a Marina, al entrar Alna cubrió su boca para no gritar, sus ojos se volvieron llorosos, se acercó y lo abrazó.
—¡Hijo! Al fin despertaste, esperábamos con ansias este momento —dijo Alana tomando su mano y besándola,