—He estado intentando alejarme de la familia Ferrucho — continuó Clarissa,
—Pero tú quieres lo contrario. Pues bien, ahora te dejo libre el puesto de esposa de Luca. Bienvenida a tu peor pesadilla. Les deseo a ti y a Luca toda una vida de amor, que sean felices para siempre.
A ella parecía no importarle nada Luca.
Con una actitud tranquila, le deseó que fueran felices enamorados.
Giulia aún sentía ese nudo en la garganta, las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos. Se sentía muy impotente, como si el mundo se estuviera cayendo.
Luca, al ver esto, no pudo evitar gritar:
— ¡Está diciendo tonterías! — su voz sonaba llena de ira.
¡La familia Ferrucho no podía estar tan descontrolada! Clarissa claramente estaba inventando todo.
Clarissa se rio y miró fijamente a Luca:
— Cuando puedas controlar lo que tienes entre las piernas, ven y háblame de esto.
Sus palabras fueron directas, dejando a Luca sin palabras e incómodo.
Justo cuando Luca pensaba acercarse a Clariss