Milena escuchaba sorprendida desde un lado. ¿Es que estos dos ya se conocían de antes?
Giovanni dio una calada larga a su cigarro.
—Mira, ahora hace frío, hay viento y está lloviendo, y ustedes siguen sin conseguir un taxi. Tu mamá y tu hermano están aquí, en el frío —dijo Gustavo mirando directamente a Clarissa, haciendo que ella retrocediera un paso, alejándose sin querer de él.
Clarissa miró a Gabriel y Milena, vio que Gabriel ya estaba mojado, pero cuando se cruzaron sus miradas, solo le sonrió.
—Estoy bien, en serio —dijo Gabriel.
Pero Clarissa no estaba tan segura, y Gustavo insistió más, señalando hacia el lugar detrás de él:
—Mi carro está por aquí.
De repente, Clarissa sintió su mejilla algo caliente, y al mirar, vio que Giovanni ya había apagado el cigarro y la observaba con los ojos entrecerrados.
Giovanni estaba de pie allí, alto y delgado, y aunque estaba algo lejos, su presencia parecía llenar el aire. Al mirar, Clarissa notó que ya no estaba Araceli a su lado, no sabía c