Giovanni sabía muy bien lo que Maxence trataba de ocultar, pero lo que dijo Salvatore no era para tanto. Si él también supiera que Clarissa lo había llamado “lindo”, bueno, eso no sería un gran problema.
Si su objetivo era ella, no estaría mal que a veces lo llamaran “lindo”.
Giovanni no insistió más en el tema, solo dijo, tranquilo:
—Esta noche voy a presentar oficialmente a Clarissa a Novák y a los demás. Ustedes dos también vengan.
Aunque eran solo asistentes, la relación con Giovanni era bastante cercana. No eran solo empleados, sino parte de su círculo íntimo.
—¡Entendido, jefe! —respondió Maxence al instante.
Y así, Giovanni y Clarissa salieron juntos.
—Giovanni no está molesto —comentó Salvatore, recordando lo que había pasado antes.
Maxence lo miró, bastante sorprendido.
¿Será que Giovanni no se enojó porque fue Clarissa la que lo calmó?
Maxence no dejaba de pensar en eso.
…
El carro los llevó hacia el Jardín del Palacio, uno de los hoteles más exclusivos en San León. Pertenecí