El día en la oficina transcurría con normalidad hasta que la puerta del despacho principal se abrió de golpe. Una mujer alta, con un porte elegante y una mirada desafiante, entró sin anunciarse. Era Charlotte, la exnovia de Ethan.
Madison, aún en el cuerpo de Ethan, levantó la vista, sorprendida por la interrupción, mientras Ethan, en el cuerpo de Madison, observaba desde el escritorio auxiliar con una mezcla de curiosidad y tensión.
—Ethan, ¿ni siquiera un saludo para mí? —dijo Charlotte, sonriendo con sarcasmo.
Madison se puso de pie, claramente incómoda.
—Charlotte… no esperaba verte. ¿Qué haces aquí?
—Negocios, claro está —respondió Charlotte mientras recorría la oficina con la mirada—. Aunque parece que estás muy ocupado últimamente.
Su mirada se desvió hacia Ethan, quien estaba sentado como asistente.
—Especialmente con tu nueva y mejorada asistente.
Madison intentó mantener la calma, pero el comentario de Charlotte comenzaba a encenderle los ánimos.
—Mi relación con mi asistent