Mercado del pueblo.
Raphael ...
Desde el primer momento que la vi, creo que el rumbo de la existencia de la propia muerte cambio para siempre.
Pensé que era imposible sentirse así, que el amor era un simple mito del que se alimentan los humanos para poder sentirse completos en su efímero paso por este mundo tan miserable.
Pero verla a ella, me hizo cambiar de todo parecer.
Me hizo cambiar toda idea que habitaba en mi cabeza. Cualquier idea loca, cualquier pensamiento de desprecio.
Y cambio todo eso por la viva imagen de si misma que se fue extendiendo a algo más allá que solo ver la seriedad de su rostro a medida que caminaba por la plaza, si no también de gozar de su sonrisa o de su alegría al comer el pan de chocolate que tanto le gustaba.
Y también me lleno de tristeza cuando tenía que verla sufrir junto a su esposo. Ver cómo ese hombre la trataba como la pura porquería cuando yo sería capaz de volverla la reina de mi mundo.
Sería capaz de volver su lecho un lugar al que ella desea