Pueblo.
...
R̶a̶p̶h̶a̶e̶l̶.
Moros.
La muerte jamás tuvo la necesidad de temer de si mismo.
Al menos, no hasta hoy que lograba ver tan próxima la muerte de su amada por culpa de sus descuidos.
Debería de suponer que para la muerte es una ventaja que su amada humana muera. Tendría entre sus manos la oportunidad de tenerla junto a si mismo por la eternidad y gozar junto a su alma.
Irónicamente... En esta situación, la propia muerte deseaba que ella viviera.
—Habla, padre. —Trate de ser firmé ante ese hombre que resultaba ser mi padre.
Intenté no ser un cobarde, enfrentarlo con todas mis fuerzas por la única mujer que logré amar en toda mi desdichada y triste inmortalidad.
No verlo a el, significo ver como poco a poco esa gran masa de fuego en el cielo detenía su andar por los cielos.
Admirar poco a poco esas personas que hacían a gusto su rutina a su alrededor paralizarse sin ser capaces de escapar.
No mirar a mi papá me llevo a ser un testigo de cómo su poder se manifiesta a nuestro alr