Emma:
Jess y yo salimos de la clase de Mika, solo me dió un beso y salió rápidamente ya que tenía una reunión importante con los maestros para el fin de semestre, quedó en llevarme a mi departamento así que lo esperaría afuera.
Fuimos hasta la cafetería y pedimos la comida, luego frente a nosotras se sentó Oliver con una sonrisa, hoy lucia un poco distinto a como lo conocí, no lo se, deben ser cosas mias.
—Hola Emma —sonrió— ¿Cómo estás?
—Hola Oliver, estoy bien —asintió—, ella es mi mejor amiga, Jessie Harrow —señalé a Jess.
Oliver extendió la mano y Jess la estrechó de forma cortés, lo miró detenidamente y sabía que lo iba a acribillar con Miles de preguntas.
—Entonces eres el chico nuevo del que todos hablan —se cruzó de brazos y recargó la espalda en la silla, vaya que si es bien juzgona.
—Si es de buena manera, si —asintió.
—¿De dónde eres?
Le di un codazo a Jessie y ella solo me sacó la lengua.
—Soy de Atlanta, Georgia específicamente, me mudé hasta aquí con mi pequeña hija y... —iba a decir algo pero se detuvo—, pues gané una beca para poder terminar mi carrera.
—Espera.. ¿Tienes una hija? —pregunté sorprendida.
—Ah si... Se llama Hope —sonrió, sacó su teléfono y no las enseñó—, tiene un año y medio, es todo lo que tengo.
Su niña era hermosa, de cabellos oscuros al igual que sus ojos, era idéntica a el.
—¿Y con quién la dejas? —preguntó Jessie.
—Esta... Con alguien que conozco —asentimos—, estudio aquí y me voy a trabajar en un taller medio tiempo para poder sobrevivir.
—Disculpa que te lo pregunte pero ¿Y su mamá? —rodé los ojos ante las palabras de Jessie.
—Pues su madre nos dejó cuando ella nació, fue un golpe un poco duro así que me tocó trabajar a tiempo completo para cuidar de una niña pequeña.
A pesar de lo joven que es, se nota que ha pasado por mucho ya que cuenta todo eso con su rostro totalmente afligido, pobre chico.
—Eso es admirable —sonreí—, que trabajes honestamente para proteger a tu niña, eso te hace un buen padre.
—Gracias... —desvió un poco la mirada y siguió con la comida.
El y Jessie hablaron un poco más, ella no se detuvo en hacerle preguntas, ahora sabemos que trabaja y porque está aquí, a veces juzgamos mal a las personas.
—¿Irás a la fiesta? —me preguntó.
—No —negué—, no soy de ir a fiestas, no es lo mío ¿Tu?
—No puedo, los fines de semana tengo que cuidar a Hope —asentimos—, son los únicos días en que puedo hacerlo.
—La fiesta la harán para darte la bienvenida —dijo Jessie— la harán los "populares" de aquí.
—Oh —rió—, no iré, es algo que no me llama la atención Ahora, desde que Hope nació dejé las fiestas, el cigarrillo, el alcohol, solo le enfoco en cuidarla y protegerla —lo último lo dijo firme—, quiero terminar mi carrera para ser un gran arquitecto y darle una mejor vida a mi pequeña.
No pude evitar sonreír con lo que dijo, se nota que es un buen padre y que adora a su niña, me hace recordar a mis papás, cómo habla de querer protegerla, es admirable.
Ahora me cae mucho mejor.
Terminamos de comer y nos fuimos hasta el salón, Oliver se fue al suyo.
—Siento que oculta algo —habló Jessie, parecía pensativa.
—¿Que dices? —reí— No vas a empezar.
—Pues si —me miró—, cuando le pregunté con quién dejaba a la niña, se puso un poco nervioso, es obvio que oculta algo ¿no lo crees?
—A ver Jessie, tienes que dejar de ver tantas cosas de asesinos en serie, creo que te está afectando —reí— ¿Que podría ocultar? Nada, yo pienso que no le gusta hablar mucho sobre su vida personal —me encogí de hombros.
—No lo creo —entrecerró los ojos—, mejor veamos la clase, quiero irme y dormir.
—Y yo —suspiré.
La profesora entró al salón y empezó a dar la clase, cómo siempre anotando todo lo que decía, todo era de vital importancia para el final de semestre que sería en dos días.
A penas terminó la clase, Jessie y yo esperamos afuera, Oliver se despidió y salió en su auto, poco después llegó Kurt a buscar a Jessie.
—Hola Emma —sonrió— ¿Qué tal les fue? —nos preguntó.
—Más o menos —hice una mueca—, queremos que esté semestre termine pronto.
—Es horrible bonito —ella abrazó a Kurt— tengo hambre.
—¿Comida china? —preguntó y ella asintió- entonces vámonos, supongo que te irás con Mika.
—Si, debe estar por salir.
—Vale, cuídate Emma.
—Adiós par de tortolos —reí—, vayan con cuidado.
Ambos se fueron y poco después llegó Mika en su auto, tomó mi bolso y abrió su auto para dejar las cosas en el asiento de atrás, subimos y manejó.
—Sabes que en mi clase hay un chico nuevo, se llama Oliver Armstrong, ese chico es un genio —sonrió mientras veía al frente—, tiene muy buena memoria y es bastante dedicado, si sigue así llegará bastante lejos.
—Ah si, lo conocí ayer, es un chico bastante simpático —me miró de reojo—. además de buena persona.
—¿Ah si?
Y ahí empezaron los celos de Mikael, vaya que es muy celoso.
—Si —asentí—, ayer lo ayudé a ubicarse y le mostré unas cuantas cosas y áreas de la universidad.
Ví como apretó el volante con fuerza hasta que sus nudillos se tornaron blancos, su mandíbula se apretó y se mordía el labio inferior y pasaba su lengua por el, era más que obvio que estaba celoso.
—No estés celoso mi amor, solo tengo ojos para ti y lo sabes.
Deslicé mi mano hasta su entrepierna y la masajee por encima de su pantalón, el se tensó un momento y suspiró.
—Eres mi novio ¿Cierto Mikael? —pregunté suavemente.
—Si, soy tu novio... Emma, no quiero estrellarme, detente —dijo entre dientes.
—No quiero mi amor.
Me acerqué más a él y pase mi lengua por su mejilla y le mordí el lóbulo de la oreja, mi mano aún seguía en su entrepierna, el se estaba poniendo duro.
—¿Quieres que me detenga Mikael? —susurré en su oído.
—No —jadeó—, no te detengas, tienes que hacerte cargo de mi ahora.
Cómo no traía el saco puesto desabotoné su camisa y metí mi mano para acariciarle el pecho y hacer círculos en su aureola con mi dedo. Me deleite con sus gemidos roncos.
—¿Me deseas Mika?
—Joder claro que sí, me estás poniendo duro —me miró por un momento—, te necesito ahora encima de mi Emma.
Me encantaba como pedía y rogaba, me excitaba tanto esto.
Me senté de nuevo en mi lugar mientras me desabotonaba el overol, lo deslicé por mis piernas, justo ahora hubiese deseado tener falda, ví como giró el auto hasta estacionarse en un sitio solo donde no había nada más que las luces de la ciudad frente a nosotros, apagó el auto y me subí encima de el.
—Eres mío Mika... Solo mío —jadee.
—Soy tuyo mi amor... —jadeó— Quiero estar dentro de ti ahora —su respiración estaba acelerada.
Sonreí de lado y empecé a moverme encima de el, hoy lo haríamos dentro del auto.
Y será fantástico..