Narrador Omnisciente:
Por otro lado...
Del otro lado de la cuidad se encontraba aquel hombre mirando la fotografía de Emily, el la miraba con curiosidad, pues en esos tres años ella había cambiado. Para el seguía siendo hermosa.
—No creo que te haya visto después de tres años —decía mientras miraba la foto—, pero ahora estás casada —soltó una risa seca—, pero eso no será impedimento para tenerte de nuevo.
Sonreía con malicia mientras bebía de su whisky, la puerta de su despacho sonó dejando ver a una mujer esbelta, alta y muy hermosa, pero con la misma mente retorcida, ella era igual o peor que el.
—Andy querido, años sin verte —ella sonrió coqueta.
—Alex —sólo pudo decir.
—¿A qué debo tu llamada? No nos veíamos desde aquella noche —sonrió de lado.
—Para eso te llamé, encontré a Emily.
Ella se sorprendió y a la vez sonrió con malicia.
—Pero que sorpresa —se recargó sobre la silla—, jamás creí que escucharía de ella de nuevo.
—Así es, la ví cuando fui de visita al pueblucho ese, mi padre me llamó para decirme que morirá —este bufó—, fui a perder el tiempo, bueno, no del todo, porque la Vi de nuevo y está... Más hermosa que nunca —este sonrió de lado.
—¿Que pretendes Andy?
—Sencillo, quiero repetir lo que le hicimos aquella noche —bebió de su trago— pero esta vez, terminar con lo que dejamos inconcluso, quiero desquitarme por haberme dejado duro aquella noche.
La mujer frente a el se mordió el labio, pues ella fue partícipe aquella noche en la cual ellos y otros más, le hicieron la vida un infierno a Emily.
—¿Que sabes de ella? —preguntó la mujer.
—Vive en esta ciudad, trabaja como secretaria en la constructora Allen, vive en un pequeño departamento con los hijos del viejo, se casó con ambos —eso lo decía con odio.
A él le daba rabia la idea de que otro, o en este caso otros hombres tocaran y mirarán a Emily, pues en su mente retorcida ella le pertenecía.
—¿Con ambos? —ella rió con burla— y en el pueblo se hacía la santa, pero resultó ser más zorra de lo que aparenta. ¿Que harás?
—Por ahora vigilarla e investigar cómo es su matrimonio, si es feliz lo sabré, quiero dejarla vulnerable ante esos idiotas —sonrió de lado—, así como por arte de magia a ellos les llegará información sobre Emily, así se darán cuenta que es una perra que le gusta parar pollas.
Ambos rieron.
—¿Crees que funcione?
—¡Por supuesto! —exclamó feliz— recuerda que tengo influencias y puedo fácilmente fabricar pruebas contra ella... Solo quiero verla hundirse para poder disfrutarla, quiero escucharla suplicar, lamer sus lágrimas y tú —señaló a la mujer frente a el— vas a ayudarme como lo hiciste aquella noche, en serio estuviste fantástica, de solo recordar cómo le quitaste su virginidad, hace que la desee más.
Si, en definitiva ellos estaban enfermos, Andy haría lo que fuese necesario para tener a Emily a su merced, pues en su mente retorcida solo pensaba en hacerle daño, quería hacerlo de nuevo tal cual lo hizo hace tres años.
—Cuenta conmigo querido —ella sonrió— ¿Llamaras a los demás?
—Esta vez no, está vez solo seremos tu y yo, los dos disfrutaremos a Emily... Ahora, ven aquí —palmeó sus piernas— vamos a recordar viejos tiempos mi querida Alex.
Ella obedeció las órdenes de Andy y se dispusieron a hacerlo sobre aquel escritorio mientras ambos veían las fotos de Emily.
Andy estaba seguro de que ella volvería a el y la haría sufrir como aquella noche.