Julian:
Después de ese desagradable momento en casa de mis padres a mi preciosa esposa se le ocurrió la idea de venir a la feria, la verdad no tenía ganas de venir pero... Logró convencerme haciendo esos ojos que se han vuelto mi debilidad.
Paseamos por algunos juegos, Jamie ganó un oso panda que se lo dió a ella, yo solo pude observar como parecía una niña pequeña con ese oso panda abrazado a ella.
—Me encanta mi oso —sonrió dulce— gracias Jamie —le dió un beso.
Fruncí el ceño.
¿Porque lo besó?
O sea que si gano en un juego recibiré un beso de su parte...
Caminé hasta un puesto dónde había que derribar varios muñecos con una pequeña escopeta.
—¿Cuántos tengo que tirar para que me des aquel feo alienígena? —señalé el peluche.
—Bueno caballero, debe derribar al menos ocho muñecos para obtenerlo.
—¿Cuánto?
—Cuatro dólares y solo tiene dos oportunidades.
Asentí y saqué los billetes y se los dejé en la mesa, me dió la escopeta y empecé a apuntar directo a los muñecos.
—Mierda —Murmuré.
Creí que sería sencillo pero no. Los malditos no se caen, además de que se mueven muy rápido, gaste mis dos oportunidades.
—Julian es muy competitivo —escuché a Jamie reir—, creeme que no va a parar hasta conseguir el peluche.
—Cállate —lo mire mal luego mire a Emily—, Voy a ganar el puto peluche y me darás un beso.
Ella solo sonrió.
Le tendí de nuevo dos billetes al tipo, me dió de nuevo la escopeta, me concentré y apunte a los muñecos y cayó uno.. dos.. tres.. y derribé los ocho, sonreí victorioso y el tipo me miro algo serio.
—Mi alienígena —le sonreí con arrogancia.
De mala gana lo bajó de dónde estaba y me lo dió, llegue hasta Emily y se lo di.
—Ahora. Quiero un beso.
Ella sonrió y me dió un beso, sonreí satisfecho.
—Si hubieses perdido, te hubiese dado el beso de todas maneras —rió leve.
—Igual quería que tuvieras un regalo de mi.
—Pues gracias a los dos por hacerme estos lindos regalos créanme que es lo más valioso que me han dado —abrazó los peluches—, vamos a comer, muero de hambre.
Ella me dió el alienígena que por cierto es horrible, pero a ella le pareció la cosa más linda que ha visto, luego le dió el panda a Jamie y con sus manos tomó las nuestras, caminábamos a gusto.
Pero como siempre hay personas estúpidas nos miraban con recelo por qué Emily anda con nosotros dos.
Menudos estúpidos..
Antes me hubiese dado vergüenza pero ahora no, porque estoy orgulloso de presumir a mi esposa.
Llegamos a un puesto de comida rápida y Jamie fue a ordenar. Ella se sentó a mi lado y dejo los peluches a un lado.
—¿Que más quieres hacer? —pregunté.
—Pues, tengo pensado subir a la montaña rusa ¿Te animas? —dijo emocionada.
—No —negué—, odio las montañas rusas.
—¿Porqué? —frunció el ceño.
—¿Has visto destino final tres? —asintió— bueno, esa es tu respuesta... No me gustan.
—Por Dios Julian, es solo una película —decía mientras reía.
—No me importa, no me gustan las montañas rusas, si quieres sube con Jamie, yo los veo desde aquí... Un lugar seguro.
Ella negaba divertida y luego Jamie llegó con la comida.
—Una hamburguesa con carne y queso para ti —se la dió a Emily— una de pollo con tocineta y jamón —me la dió—, e igual para mí.
Los tres empezamos a comer las hamburguesas que realmente estaban muy buenas, los tres bebimos Fanta ya que esa es la bebida favorita de Emily, luego de comer, fuimos a pasear un poco por la feria, me encantaba andar de la mano con ella, se sentía algo sencillo y genuino, sin duda ella me gusta mucho.
Después de la feria fuimos a una tienda pues aún era temprano para irnos al departamento, acompañamos a Emily porque ella quería comprar unas cosas para su cabello y su piel, por suerte dejamos a los peluches en el auto.
—Este huele mejor —le dije a Emily.
—¿Tu crees? —asentí.
Estaba con ella viendo algunos productos para su cabello, la estaba ayudando a escoger que acondicionador era mejor así que solo le di mi opinión.
—Entonces lo llevaré —asentí— oye.. ¿Si logré subirte el ánimo aunque sea un poquito?
Sus mejillas se tornaron un poco rojas, cosa que me pareció tierno.
—Para ser honesto si —ella se emocionó—, no iba a una feria desde que tenía seis años, cuando fuí adolescente solo iba a clubes y fiestas.. había olvidado lo que era divertirse de verdad.
Y era cierto, yo tuve o bueno Jamie y yo tuvimos una niñez buena, papá jugaba con nosotros al fútbol, íbamos de viaje, íbamos a la feria.. Eramos unos niños felices. Hasta que mediante creciamos papá se metía más en el trabajo y compensaba su ausencia llenándonos de regalos y lujos, así fue siempre, nos compraba un auto nuevo cada año, complacía cada maldito capricho que se nos ocurría, reemplace toda esa ausencia con fiestas, mujeres, alcohol y muchas cosas más.
Ahora que soy un hombre de treinta años, estoy empezando a disfrutar la vida como lo es, ya no me apetece ir de fiesta, ya no tomo alcohol ni me interesan otras mujeres y eso en parte se lo debo a papá, ya que tarde se dió cuenta de que cometió un error y nosotros jamás hicimos algo para remediarlo, también se lo agradezco a Emily porque nos ha enseñado que se puede hacer mucho con poco, algo de lo que he aprendido estás semanas.
—Mi hermano jamás ha podido ir a una —dijo con tristeza.
—¿Porque?
—Por su condición —ella suspiro—, el ruido y tantas personas hace que entre en crisis, el mismo sueña con ir alguna vez a una feria, pero luego se desanima porque no soporta el ruido.
Para ella y sus padres debe ser difícil no poder sacar a su hijo, solo por su condición.
Y yo que me quejaba cuando no iba a fiestas.
Le tomé la mano y seguimos caminado por la tienda, Jamie se fue a dónde estaba la comida instantánea.
—Jamie ¿Que es todo esto? —mire sus manos y traía varias bolsas.
—Es ramen instantáneo.. Esto es una delicia, los asiáticos comen mucho de esto, así que llevaré unos cuantos para comer en el departamento —sonrió.
Fuimos a pagar y salimos de la tienda, llegamos al departamento y Emily se fue a cambiar, se llevó con ella los peluches y dice que a partir de hoy dormirá con ellos -que envidia- Jamie por otro lado ordenó lo que compró y yo me fui a cambiar a mi habitación.
Me coloque un pantalón de chandal y una musculosa, me coloque las pantuflas y salí a la sala donde estaba Emily sentada hablando por teléfono.
—Si mamá... Prometo ir el mes que viene, jamás olvidaría el cumpleaños de Ethan —sonreía— si pásamelo... —ella sonrió aún más— hola Ethan ¿Cómo estás?.. me alegra que estés bien... ¿En serio? ¿Te gustó tu silla de ruedas?.. No me agradezcas, sabes que lo hago por qué te quiero... ¿Para tu cumpleaños? ¿No crees que sea mucho? —frunció el ceño— bien bien, haré lo que pueda por llevártelo... Yo igual adiós. —colgó.
Me senté a su lado.
—¿Todo bien?
—Pues si creo.. Ethan está contento con su nueva silla de ruedas y me pidió muchas pinturas junto con un caballete para su cumpleaños.
—¿Sabe pintar?
—Más o menos —sonrió—, pero ama mucho los colores y siempre está coloreando, pero está vez me pidió muchas pinturas... No creo que pueda llevárselo —hizo una mueca.
—¿Cuando es su cumpleaños?
—El mes que viene.
Jamie llegó hasta nosotros.
—¿Quien cumple años el mes que viene? —se sentó al lado de Emily.
—Mi hermano, me pidió de regalo un caballete con muchas pinturas —ella sonrió leve.
—¡Que bien! Iremos a su fiesta, porque le harán una ¿Verdad?
—Ethan no le gusta las fiestas —negó— además.. —se quedó callada— ¿Cómo que iremos?
—Claro, somos tus esposos, queremos ir a conocer a tus padres —dijo Jamie tranquilo.
Ella se levantó del sofá y caminaba de un lado a otro.
—No pueden ir, mis padres no saben que me casé con ustedes —negaba—, menos con dos hombres... No —negó de nuevo.
—Yo quiero conocer a tus padres —fruncí el ceño— ¿A qué le temes?
—A que me juzguen a eso, mamá es muy conservadora y mi papá.. es.. demasiado sobreprotector —frunció el ceño—, si saben que me casé con dos hombres probablemente me destierren de la familia.
—¿No crees que estás exagerando amor? —Jamie sonrió divertido.
—No exagero, conozco a mis padres y me asusta que piensen cosas feas de mi.
—Oye Emily cálmate cielo —me pare y tome sus manos— escucha.. Sabemos que nuestra relación no es muy bien vista por nadie, eso está más que claro, pero.. ¿Acaso vivimos del que dirán los demás? —le sonreí—. No podemos estar siempre complaciendo a todo el mundo o vivir solo para encajar en algo, creeme que lo sé, pero.. No quiero sonar cruel con lo que diré pero ya es tiempo de que hagas tu vida y decidas por ti, lo que haces por tus padres es admirable en serio, pero ¿Que hay de tu felicidad? ¿No mereces serlo?
Ella pareció pensar lo que le dije.
—Es que tengo miedo.. —susurró.
Le di un beso corto.
—Lo se, pero estamos casados y dispuestos a estar contigo en las buenas y malas cielo —ella me sonrió— ya es tiempo que de que seas feliz y de que tus padres lo entiendan, probablemente se escandalicen pero al final de cuentas eres su hija y se que querrán lo mejor para ti.
—Está bien.. —suspiro— Iremos a casa de mis padres el mes que viene.
Jamie celebro con un grito y la besó luego yo hice lo mismo, entonces en un mes conoceremos a los padres de Emily, solo espero que todo salga bien.
Eso espero...