CAPÍTULO 03

—Buenos días, abuela.

—Hola cariño, ¿Te vas para tu trabajo?. 

—Si abuelita, pero Amelie se quedará contigo. Te quiero. 

Matilde era el nombre de aquella anciana. Tenía sesenta y cinco años y estaba enferma de cáncer. 

Kyra besó la frente de su abuela y después salió de la habitación. 

Quería llegar temprano al trabajo, puesto que desde hace una semana su jefe estaba de un humor insoportable, así que prefería llegar antes de tiempo y que Daniel la encontrara trabajando para que no le hiciera ningún reclamo.

—Gracias por las tostadas, pero me llevaré solo una para el camino. —habló Kyra, mientras tomaba una de las tostadas que se encontraban en el plato sobre la mesa.

—Es muy temprano para que te vayas. —habló Amelie. 

—Tengo tareas pendientes en la oficina y no quiero que él odiosos de mi jefe me recrimine.

—Tengo morbo por conocer a tu jefe, hablas tanto de él que hasta lo odio. —se burló su hermana. 

—No quiero tener problemas, así que prefiero llegar temprano.

—Te quiero contar qué hace, conocí a dos bombones deliciosos, un médico y su paciente, fui a dejar unas entregas al hospital, que por cierto eran muy raras, una de ellas se llamaba cachorro, pensé que llevaba un animal en esa caja, pero era demasiado pequeña. En fin ese no es el punto, lo que importa es que esos dos hombres eran dos dioses, guapos, sensuales…

—Eres demasiado pequeña para hablar de los hombres de esa manera.

—Tengo dieciocho años y sé mucho más de los hombres que tú misma. 

—No me interesa conocer a ningún hombre, solo a mi novio.

—Suenas ridícula. Dante es guapo pero está loco. Esos cuentos de hombres lobo, eso no es de alguien cuerdo.

Dante era el novio de Kyra, tenían un año de relación. Él pertenecía a una secta que se dedicaba a atrapar a hombres lobo o cualquier ser sobrenatural. 

—Sus historias no suenan tan locas cuando encuentras las coincidencias con la realidad. 

—Kyra, por favor. El amor te tiene ciega. ¡Cazador de hombres lobo! Eso es una locura.

—Los superhéroes de Marvel también son fantasía y tú estás enamorada de ellos.

—Eso es distinto, los actores son reales. Pero los hombres lobo son solo historias de fantasía. Cuando Dante tenga una cabeza de hombre lobo voy a creer sus historias, entre tanto siguen siendo locos cuentos de un demente.

—No lo juzgues de esa manera, algún día se convertirá en mi esposo y quiero que ustedes dos se lleven bien.

—Eso es algo casi imposible, pero lo pondré en mis prioridades.

Kyra soltó un suspiro. 

—Nos vemos en la noche. 

Ella se despidió de su hermana y caminó hasta la parada de bus para tomar uno y dirigirse a la empresa. En esta ocasión decidió tomar uno antes de su hora acostumbrada. 

Llegó al enorme edificio de Storm S.A. Se encontró con el portero, el único que a estas horas se encontraba en la empresa. 

Los últimos días ella llegaba muy temprano para tener lista la agenda de trabajo de su jefe.

—Buenos días. —Saludó Kyra al portero e ingresó.

Subió por el ascensor y precio o el piso veinte que correspondía a las oficinas de los más altos ejecutivos. 

Todo estaba en silencio, ni un solo empleado en el gran edificio. Encendió su computador y mientras esperaba ordenó su escritorio.

De pronto el ruido de un vidrio rompiéndose, causó miedo en Kyra, ese sonido provenía de la oficina de su jefe. Se suponía que no había nadie. Con temor ella caminó, puso su oído en la puerta, pero no escuchó nada. 

Pensó que todo había sido su imaginación. Abrió la puerta y su sorpresa fue abrumadora. 

La oficina de su jefe estaba totalmente destruida, era como si un tornado pasara solo por esa habitación.

Papeles, sillas, grapadoras, todo estaba en el suelo. 

—Pero, ¿qué pasó aquí? —habló para sí misma. 

Recogió algunos documentos, los colocó en el escritorio y se asombró al ver que ese mueble tenía rasguños profundos. 

Tanto así que sobrepasaba la pintura y la madera. Este desastre pudo haber sido causado por un animal. 

Un quejido llamó su atención, provenía del baño. Caminó despacio, en todo su recorrido se encontró más rasguños. 

¿Un monstruo? Se imaginó. Porque lo que sus ojos observaban no eran de un simple humano. 

Acercó su mano para tomar la perilla de la puerta, pero antes de poder tocarla, la puerta se abrió. 

—¡Señor! —expresó sorprendida—. ¿Está bien? 

Su jefe se encontraba todo un despojo. Sin corbata, botones sueltos de su camisa, el cabello alborotado, y un olor espantoso. Sus manos estaban rojas con algunos rasguños. 

Ella tomó las manos de su jefe, pero él las retiró de inmediato. 

—¡No me toque! Sus manos humanas no pueden tocarme.

Por instantes, Kyra notó un color extraño en los ojos de su jefe, resplandeciente de color rojo.

—¡¿Perdone?! Solo estoy tratando de ayudar. 

—No he pedido su ayuda, no la necesito. ¡Aléjese de mí! 

Kyra se hizo a un lado para dejar pasar a su jefe. Aunque tenía muchas ganas de apretar el cuello de su jefe, mordió su labio para no soltar un insulto.

—¡Encárguese de que alguien arregle este desastre! —fue la última orden de su jefe y desaparecer.

Kyra resopló hacia arriba levantando su cabello. Hizo una coleta en su cabello y fue a su escritorio para hacer las llamadas necesarias para arreglar el desastre que se encontraba en la oficina. 

Ya tenía suficiente trabajo, y ahora también debía encargarse del desastre. En su mente no podía borrar el destello en los ojos de Daniel Storm y las marcas en el escritorio y la pared. 

El sonido del timbre de su teléfono, disolvió los pensamientos de Kyra. Sonrió al ver la pantalla, se trataba de su novio.

—Hola amor. Pronto saldré de la oficina…

—Kyra, tenemos que hablar.

—Lo sé cariño, estoy preparada para esta noche romántica.

—No, escúchame cariño. Me voy del país. —expresó su novio al otro lado de la línea.

—¿Estás de broma? No es divertido.

—Cariño, tengo que irme a este viaje. Hemos encontrado indicios de hombres lobo en Inglaterra y tengo que irme, es una gran oportunidad…

—¿Piensas irte para seguir una estúpida fantasía? —reclamó Kyra.

—No es estúpida, Kyra esta es una gran oportunidad. Necesito que esperes por mi.

Ella suspiró, tratando de no enojarse. —¿Cuánto tiempo va a durar tu viaje?

—No será mucho tiempo o tal vez sí, pero será un año.

—¿Estás loco? 

—Kyra, es una gran oportunidad. Esta ocasión sí vamos a encontrar a esos monstruos. Necesito que me esperes, de lo contrario…Tendremos que terminar, no quiero elegir. 

—No puedo creerlo. Te pondré la decisión fácil. ¡Terminamos!.

Kyra cortó la llamada. No podía creer que su novio prefería buscar a personajes ficticios, que quedarse con ella. 

Siempre imaginó que él sería el príncipe con quien se casaría, no podía imaginarse en el altar con otro hombre. Pero era imposible aferrarse a un sentimiento que no era mutuo.

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