Capítulo 33

Otsana, con una mano reposada en el tronco de un árbol y con la otra en su cintura, vomita lo poco que fue capaz de comer en la mañana. El cuerpo se le sacude debido a las grandes arcadas, los ojos le lagrimean y la garganta se le irrita, gracias al esfuerzo y a la quemazón que los fluidos de su estómago le causan.

—¿Estás bien? —inquiere Arel, quien se mantiene a una distancia prudente de ella.

En esos días en los que Otsana ha estado esperando por el alfa Claudio, a quien su gamma fue a buscar a la manada Fuerza de bronce, Arel ha sido quien ha cuidado de ella, le ha hecho compañía y es el único que entabla una conversación decente sin juzgarla ni propasarse.

Otsana se recuesta del árbol cuando piensa que ya no le queda nada en el estómago, entonces inhala y exhala para recuperar el ritmo natural de su respiración.

—Me siento un poco mejor —responde sofocada.

—La doctora me dijo que es normal que vomites en tu estado, pero me preocupa mucho que no retengas nada de lo que comes. —Are
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo