Sabía que no debía fraternizar con alguien como él. Alessandro Delacroix, es un hombre que siempre va a creerse el centro del universo, aunque no lo sea. Por ello, debo actuar con cautela antes que él crea que soy como una de sus chicas de una noche y por ello, el respeto se pierda.
Por eso, debía irme. Estar tan cerca de él, iba a complicar las cosas entre nosotros y por ello, tomaba mis cosas húmedas para colocármelas e irme. Ya que, salir usando solo su camisa, no era una idea sabia.
Desesperada por salir del lugar, ignoro a mi alrededor y me quito la camisa para vestirme.
— Señorita Mor…. — dice él detrás de mí y mi cerebro hace corto circuito al punto que giro mi cuerpo cuando me llaman.
Su mirada se posa en mi cuerpo y yo cubro mi intimidad y pechos con mis brazos como puedo, mientras me horrorizó al ser vista desnuda y específicamente por él.
— ¡Aléjate de aquí! — gritó desesperada.
— C-claro. Yo… me iré para no hacer las cosas más incómodas. — dice Alessandro marchándose ráp