SALVATORE
“Deberíamos mirar los números y compararlos—” Me desconecto de la reunión, preguntándome qué estará haciendo Colina. Le prometí una hora, pero ya ha pasado una hora y media. Tendré que encontrar una manera de compensárselo. Casi sonrío burlonamente, pensando en todas las formas en que podría hacerlo, cada una de ellas involucrándola desnuda y corriéndose bajo mi lengua.
Mi teléfono vibra por centésima vez, así que giro mi silla y lo reviso discretamente. Esta reunión es importante, y si sale bien, nos expandiremos a otras ciudades, tanto legítimamente como de otra manera.
Desconocido: Colina se ha ido.
Desconocido: Se la llevaron, Sal.
Dos mensajes, dos malditos mensajes, y destruyen mi mundo. Una furia como nunca antes había sentido fluye a través de mí. Ese hielo que he cultivado a mi alrededor durante tanto tiempo se agrieta, y la lava fluye a través, quemando todo a su paso.
¿Se llevaron a mi chica?
¿A nuestra chica?
Me levanto, ignorando las preguntas que me lanz