Cap 86. Nací para ser más que una esposa
El día está fresco y tibio. Amaris camina por uno de los pasillos con paso tranquilo, las manos cruzadas detrás de la espalda, la mirada algo distraída.
Gira en una esquina y, para su sorpresa, se encuentra de frente con el príncipe Edward. Él también parece sumido en sus pensamientos y apenas alza la mirada cuando está a un par de pasos de ella.
—Amaris —dice, sonriendo con esa mezcla de timidez y encanto que lo caracteriza—. Qué coincidencia encontrarte aquí.
Ella asiente levemente, sin saber del todo cómo reaccionar. Edward ya no la intimida como antes, pero aún no sabe cómo ubicarse frente a él. Su presencia se ha vuelto constante, amable... persistente.
—Príncipe —responde ella, con una pequeña reverencia de cortesía.
—¿Te gustaría salir a caminar un rato? —pregunta de pronto, con una chispa en los ojos—. Pensaba dar un paseo por el bosque real. Y, sí... antes te dije que no debías pisarlo, pero… hoy quiero llevarte allí. Quiero compartir contigo algo que pocas personas conocen