Un instante después me dio vuelta para que pudiera acurrucarme en sus brazos y así lo hice, me abrace a el y deje fluir todos esos malos pensamientos que no me soltaban y que cada vez se habían más intensos, llore como cuando Elliot me peino, llore como cuando salí de la casa de mis padres y Elliot me consoló. Damien se quedo a mi lado y me abrazo dejando que todo lo que había en mi sistema fluyera hasta que me sintiera medianamente mejor, lo cual me llevo un largo rato hasta que me quede dormida entre sus brazos.
Unos días después estaba a menos de diecisiete horas de cumplir veintiocho años pero no le había dicho a nadie como era costumbre para mi ya que mi cumpleaños no era una buena fecha para mi sin importar que año sea, mi cumpleaños jamás había sido motivo de celebración en mi familia a excepción de mi abuela, ella tomaba una galletita u otra cosa