Capítulo 230.
Una hora antes…
La actriz veía a su alrededor con su respiración temblando y su pecho reverberando notas de angustia que la llevaron a pensar en marcharse. Eso era un error. Era un delito…
—Has hecho un excelente trabajo— escuchó la voz aduladora que la hizo ver hacia el hombre de cabellera rubia que tenía una sonrisa sutil—. Desde que supe de tí, no he podido dejar de ver tu trabajo. En verdad es impresionante.
—Gracias, yo solo…
—Nunca uses el “solo”, cuando has hecho tantas maravillas—, se acercó, mostrando el bello rostro que la dejó sin aire—. Glorifícate, dulce Braden. Eso hacen las estrellas.
Valente sabía cómo jugar con la mente humana y al ver el brillo en la mirada de esa chica supo que podía obtener todo de ella con seguir subiéndole el ego. El ego era la enfermedad más grande del ser humano y él había logrado entenderla.
Braden parpadeó un par de veces, insegura de si el temblor en sus manos era producto de los nervios o del magnetismo con el que aquel desconocido parecí