Capítulo 204.
Mateo descendió en una planta bajo la suya, yendo por las escaleras de mantenimiento, en donde atascó la puerta con un pequeño cuchillo plegable que sacó de su bota izquierda. Nadie pensaría que alguien vestido con tanta sobriedad ocultaría armas como esa. Pero Mateo Crown no era como nadie más en el Atlantis.
Caminó pegado a los muros color marfil. Las alfombras carmesí amortiguaban sus pasos mientras el rugido distante del acuario central podía distinguirse de las paredes gruesas del resort. Pero él no estaba para admirar el lujo.
Cruzó hacia la puerta del servicio interno, ingresando por una zona restringida con una tarjeta que no había robado, sino que ya tenía preparada. Odiaba admitir que eran cosas que ya podía prever.
Pero por algún motivo, siempre algo arruinaba lo que él quería disfrutar.
Calculaba mentalmente el ritmo en que el grupo subía por las escaleras. Por ello apresuró sus pasos.
La planta subterránea estaba diseñada para personal, pero Mateo no necesitaba mapas.