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InicioEl velo
El velo

El veloES

Romántica
Angie Pichardo  Completo
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34Capítulos
3.2Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

HaciendaAcciónMultimillonarioAmor verdaderoAmigospolítica

¿Qué puede ocultar un velo? ¿Te enamorarías de una persona nunca muestra su rostro? ¿Debería confiar en ella? ¿Qué es lo oculta y por qué todo en torno a esa mujer es misterio y reserva? El velo es una novela de romance, drama y acción; cargada de suspenso e intriga. En ella se cuenta la historia de una mujer oculta su rostro bajo un velo y vive en una situación precaria y solitaria, cargando con un pasado lleno de secretos. Su vida da un giro al conocer a Arthur Connovan, un político rico lucha contra la injusticia de Terrus, donde la violencia y la corrupción reinan y los pobres son los más afectados. Ella le salva la vida ante un atentado, refugiándolo en su pequeña choza, oculta de la civilización. Desde ese evento, sus corazones quedan enlazados y ambos tendrán que luchar contra todos los obstáculos y situaciones peligrosas a las que tendrán que enfrentarse. Un pasado oscuro, un pende de un hilo y un futuro incierto; donde Arthur se debate si confiar o no en aquella misteriosa mujer, que guarda tantos secretos. ¿Quieres descubrir el misterio del velo?

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Último capítulo

  • Epílogo

    Un hermoso atardecer celebraba la unión de dos almas enamoradas, que se encontraron y se salvaron mutuamente.Bailes, risas, comidas y salutaciones inundaban la alegre hacienda.Una pareja admiraba a los novios bailar junto al niño inquieto, formando una danza de tres.—Nosotros Debemos casarnos, también. —Samuel susurró sobre el oído de la rubia a quien abrazaba por detrás.—Todo dependerá de usted y que tan productiva hagas nuestra hacienda —dijo maliciosa y él besó su cuello.Jacqueline había comprado la hacienda vecina y se instaló allí. Ella y Samuel la administraban, aunque este prefería los trabajos pesados junto a los demás trabajadores. Como todo hombre de hacienda con orgullo masculino, estaba ahorrando para comprar el anillo de compromiso, pues quería que saliera de su

  • Capítulo 33 (fin)

    El sudor en sus frentes y los rápidos latidos de sus corazones eran evidencia del temor que los recorría. Estaban en mano de sus enemigos y era obvio que este sería su fin.Arthur se apresuró al portón con alivio, al notar que era la pelirroja quien estaba allí, ella lo miraba con interrogantes y él entendió esa expresión y agradeció a Dios por aquella oportunidad.—Dígame, señor Connovan, ¿cree que hay alguna esperanza para mí? ¿Creé que mi alma pecadora y malvada encuentre un lugar donde pertenecer y que pueda ser admirada por alguien?—Lo creo. No tiene que ser el amor romántico, puede encontrar el amor donde desee cultivarlo. Y definitivamente, creo que puede redimir sus actos y ser una persona de bien, creo que puede soñar y hacer esos sueños realidad.—¿Ser&eacut

  • Capítulo 32

    Arthur se apeó del caballo lleno de emoción. Había soñado todos esos días con el rostro de Sam al ver a su hijo, y las ansias de presenciar esa felicidad en ella lo tenía nervioso y con náuseas. Corrió hacia la puerta con temblores en sus manos y el pecho agitado. Jacqueline lo siguió con el niño en brazos, él era muy tranquilo para un niño de su edad y casi no emitía palabras.Arthur se percató de la puerta a medio abrir y entró en silencio, pues quería sorprenderla. Su corazón palpitó con intensidad al ver un florero roto en medio de la sala y algunas cosas tiradas, como si una lucha se hubiese llevado a cabo allí. Corrió con desesperación hacia las demás habitaciones de la casa mientras la llamaba con gritos llenos de angustia.—¡Sam! No, no, no, no. Sam, amor mío. ¿Qué sucedi

  • Capítulo 31

    —Entonces, Samay está con ustedes. —El pelinegro dijo sonriente—. Esa muchacha es muy escurridiza, nunca pude dar con su paradero.—¿La buscabas? —Samuel y Sebastián se miraron con una sonrisa.—¡Claro que la buscaba! Quería devolverle a su hijo.—¿Su hijo? —Samuel inquirió estupefacto. Pues Arthur no le había contado sobre aquello.—¿Que no les ha dicho nada? Ella quedó embarazada del animal de su esposo. No sé bien como logró escapar, pero yo la encontré desmayada en las afueras del bosque que rodeaba la hacienda de los Fraga. Ella estaba sangrando y creí que había perdido al bebé. Un amigo doctor la trató en secreto, puesto que muchas personas le temían a White. Ella despertó alterada creyendo que su hijo había muerto, pero esa criat

  • Capítulo 30

    Arthur cabalgaba aturdido, la melancolía en su pecho y el vacío de su ausencia le eran tortuoso. Imaginar todo lo que sufrió, todo lo que tuvo que sacrificar.***—Entonces, la señora está muerta. —Samuel se quedó pensativo y luego sonrió—. No debemos perder las esperanzas, hay una persona que puede ayudarnos y pronto daré con su paradero.—¿Quién es? —Arthur inquirió confundido.—El nieto de la señora Julia.Arthur asintió y Samuel se levantó de la silla y se marchó.Arthur estaba en su habitación meditando la confesión de Sam, cuando la puerta se abrió.—Hola, Arthur. —Anabela lo abrazó con fervor—. He estado tan preocupada. ¿Dónde te metiste que no dormiste en la casa anoche?—Estaba

  • Capítulo 29

    Sam buscó comida y se sentó a comer en el patio. Rememoró aquel día cuando él la llevó allí. Lo amaba y era doloroso estar separada de él. Había pasado una semana y era momento de que le dijeran que por lo menos estaba bien, fue así como decidió visitar a los señores que se hacían cargo de ella. —Hola, querida. —La señora Goodman la recibió con una sonrisa—. ¿Cómo está tu brazo, hoy?—Está mejor. Vine para darle la lista de provisiones que necesitaré.—¡Excelente! —La señora tomó el papel y se sentó frente a ella—. ¿Quieres un café? —Sam asintió y ella sonrió.—Me gustaría saber... —Bajó la mirada y jugó con sus dedos. Sus mejillas se sonrojaron y

  • Capítulo 28

    La respiración le era pesada, su corazón latíacon tanta agitación que le ahogaba. Dolor y ardor se mezclaron y ella perdió el conocimiento.(...)—Julia, no entiendo lo que me estás diciendo. —Ella temblaba ante lo que escuchaba.—Se está utilizando la hacienda del señor Fraga para vender armas y sustancias tóxicas. Debes escapar de este lugar, no es seguro para ti. —La señora le advirtió.—Desde que mi padre murió, esto dejó de ser un lugar seguro, Julia.—Sí, pero las cosas se complicaron. Se dice que tu padre no murió de forma natural, Samay. Él fue asesinado y te están inculpando. ¿Sabes lo que ellos te están obligando a firmar y rellenar?Sam abrió los ojos como si despertara de una pesadilla, su ca

  • Capítulo 27

    Arthur miró los alambres de púas que marcaban el límite que no debía pasar. Sus hombres lo examinaban expectantes y asustados, confiando en su sano juicio y prudencia, sin embargo, Arthur se abrió paso y entró a los terrenos de sus enemigos.—Señor, salga de allí, es peligroso. —Uno de ellos musitó mirando por los lados, asegurándose que solo su jefe lo había escuchado.—Debo buscarla, es muy probable que se encuentre en este lugar —refutó observando el arete que había tomado desde el otro lado y que sabía que pertenecía a ella, pues él se lo había comprado en una de sus salidas.—Es muy peligroso. ¿Sabe que ellos pueden matarlo alegando que usted los atacó o quiso robarles? Está irrumpiendo en sus terrenos, si lo descubren, no dudarán en aprovechar esta oportunidad de d

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34 chapters
Capítulo 1
El velo/Angie Pichardo
Las ramas de los árboles le eran obstáculo a su prisa. Aquel bosque oscuro y sin camino le hacía estragos, puesto que no tenía un espacio libre para cabalgar; aun así, no se detenía. Sin rumbo, con sudor frio en todo el cuerpo y sangre saliendo de su costado, utilizaba la poca energía que le quedaba para escapar. Las ramas le pegaban sin piedad y, gracias a la oscuridad, no sabría cuando ellas chocarían contra su rostro, provocando ardor en sus ojos; sin embargo, cabalgaba a toda prisa con un único pensamiento: salvar su vida.Las ramas detuvieron su ataque trayendo alivio a su rostro. No sabía si estaba alucinando, pero creyó ver el final del bosque y una luz. Detuvo su andar de repente cuando vio una figura aterradora sosteniendo una pequeña lámpara, a causa de la impresión y la rapidez del detenimiento, el caballo lo tiró al suelo y emprendió la huida
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Capítulo 2
El velo/Angie Pichardo
El olor a sopa de pollo provocaba que su boca emanara más saliva de lo regular y su estómago gruñera inquieto y desesperado por recibir tan anhelado caldo que, según el aroma, prometía sería una delicia.Tres días habían pasado y su herida se veía mejor y ya podía pararse, aunque con dificultad, pero por lo menos se mantenía de pies unos segundos. A pesar de la miseria de aquel lugar, no se quejaba del trato que recibía que, aunque su anfitriona no era de mucho hablar, lo mantenía bien alimentado, cambiaba sus sábanas muy seguido y lo ayudaba a bañarse. Él estaba ansioso por recuperarse o en su defecto, ser encontrado por sus hombres para no seguir siendo una carga para aquella mujer que además de atenderlo y alimentarlo, tenía que dormir en el piso, pues la cama era muy pequeña para ambos. —Estuvo delicioso, muchas gracias. &
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Capítulo 3
El velo/Angie Pichardo
Los latidos de su corazón estaban tan agitados e intensos que ella creía escucharlos. Tun-tun, tun-tun... Los sonidos se repetían en su cabeza como si fuera perseguida por aquellas palpitaciones. No sabía de dónde había sacado tanta energía, pues su cuerpo estaba débil. ¿Sería el instinto de sobrevivencia? ¡No sabía! Solo quería lograr su objetivo: escapar por su vida. Con sus pies descalzos, ignorando las espinas del camino o las pequeñas piedrecitas que se le incrustaban en las plantas, corría con todas sus fuerzas y aliento. Tenía que lograrlo, tenía que escapar de aquel infierno. El sudor, los bichos y las hebras de cabello que se pegaban a su piel le hacían estragos a su escape. Sus heridas picaban y la sangre corría por sus piernas; sonrió al ver la salida y entonces, todo fue oscuridad.(...)Sam se levan
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Capítulo 4
El velo/Angie Pichardo
  —¡Samuel! —Arthur corrió en dirección al hombre alto de cabellera marrón y ojos pardos. —¡Señor, está vivo! ¡Lo sabía! Tritón es un buen caballo, él nos dirigió a este lugar. Lo encontramos vagando en los campos cercanos a esta región y él nos guio hasta este bosque. —Samuel expresó con marcada emoción. —¿Quiénes son ellos? —Sam se acercó a Arthur temerosa. —Son mis hombres de confianza, me encontraron gracias a Tritón. —Acarició la frente del caballo—. No eres un cuervo, después de todo. —Lo besó. —Entonces, ya regresarás. —Sam comentó con tristeza en su mirada. —Señor, debe venir con nosotros inmediatamente, los Jones lo declararon muerto y se quieren a
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Capítulo 5
El velo/Angie Pichardo
Arthur fue acariciado por la fresca brisa de su región, la cual lo recibía con nubes en el cielo. Al llegar a su hacienda se bajó del caballo y Raúl se lo llevó para el establo. Arthur caminó con los puños apretados y el pecho erguido, para enfrentar a los intrusos que habían irrumpido en su propiedad. —¡Ustedes no son nuestros amos, nuestro señor es Arthur Connovan! —Uno de los trabajadores espetó con indignación. Ya estaban cansados de los abusos de esos intrusos ladrones. —¿Arthur? ¿El muerto? Él ya pasó a una mejor vida y, dado que Arthur no tiene herederos, estas tierras pasan a nuestras manos. —Un hombre joven, de cabello corto y rubio, ojos azules y gran altura, dijo con cinismo. —Henry Jones… —Arthur le llamó con cara de indignación, el rubio agrandó los ojos de la
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Capítulo 6
El velo/Angie Pichardo
Ella se acercó con sigilo mientras sus lágrimas salían mojando su rostro. La puerta estaba medio abierta y eso facilitaba su espionaje. ¿Por qué se torturaba? Sus manos temblaban y su corazón dolía. ¡No era justo! Ella debería estar allí, ella debería disfrutar de aquella intimidad.Sam se despertó con lágrimas en los ojos, soñar sobre sus recuerdos le abría esa herida que trataba de ignorar, pues no sabía cómo curarla. La soledad carcomía sus huesos, tal vez era lo que merecía, después de todo. Fue presuntuosa al desear amor, compañía, pasión. ¿Por qué? Sacudió su cabeza tratando de echar esos pensamientos nocivos, era increíble cómo las palabras malignas de otros podían herir tanto que, terminas creyéndolas. No, no debería sentirse culpable por qu
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Capítulo 7
El velo/Angie Pichardo
  —Sam... —balbuceó impresionado. Ella le evadió la mirada y se distanció, no quería que la viera tan demacrada y sucia. —Aléjate de mí —profirió casi en un susurro y se puso de pies con intención de marcharse. Esto no le podía estar pasando, ¿por qué tenía que aparecer en su peor momento? No soportaba la vergüenza y la incomodidad. Él, tan lindo y pulcro; con ropas finas y joyería cara, perfumado con ese delicioso aroma. Y ella, una mendiga desnutrida, sucia y vestida con harapos. Era una pesadilla que el hombre que le gustaba —porque a pesar de que habían pasado seis largos meses sin verlo, sus sentimientos por él afloraron con solo escuchar su voz—, la viera en esas fachas y con ese hedor. Debía huir, no soportaba estar en su presencia un segundo más. —No, Sam. —La con
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Capítulo 8
El velo/Angie Pichardo
Habían pasado tres meses. Sam ya había recuperado su peso y su piel tenía color. Cada día se veía más enérgica y saludable y ya no se percibía con tanta timidez como la primera vez que llegó a la hacienda. Raúl se la pasaba detrás de ella haciéndole preguntas imprudentes y tratando de descubrir la razón de cubrir su rostro, ya ella lo ignoraba y solo reía ante sus ocurrencias. —Yo le debo mucho al jefe. —El chico se sentó sobre la grama y llevó una ramita a la boca—. Mis padres murieron en un tiroteo cuando yo tenía diez y duré tres años viviendo en las calles y robando en los mercados para poder comer. Un día un señor que vendía manzanas me descubrió robándole y me persiguió con un rifle. Choqué con el señor Connovan y él le aseguró al hombre que se en
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Capítulo 9
El velo/Angie Pichardo
Sam se acostó sobre la cama de su padre y se abrazó a su almohada. ¡Lo extrañaba tanto! Aunque habían pasado cuatro meses de su muerte aún no lo superaba. Estaba sola y sin nadie quien la consolara. Su padre fue un huérfano que llegó a dónde estaba con el trabajo duro y por la misericordia de un doctor, quien lo preparó en el área de la medicina. En ese tiempo no se exigía tanto de los médicos y algunas personas ejercían con libertad, una causa de muerte para muchos pacientes quienes creían en médicos sin preparación previa. Su padre no solo le enseñó cómo funcionaba el cuerpo humano, también le enseñó sobre el poder medicinal de las plantas. Ella se dio muy buena y hasta tomó clases con profesionales, paró sus estudios cuando se comprometió con la promesa de retomarlos después de cumplir un a&
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Capítulo 10
El velo/Angie Pichardo
  —Eres una inservible. —La pelirroja escupió con superioridad—. Siempre creyéndote más santa que los demás y mírate, no eres nadie, Samay. —¿Qué quieres, Bárbara? —inquirió entre dientes, simplemente no la soportaba y solo deseaba que saliera de su habitación. —Para ti, Señora Bárbara. Tú solo eres una arrimada en mi casa, estoy cansada de ti y de que mires con lujuria a mi marido. Daniel es mío, Samay, no te hagas ilusiones. —¡Deja de decir estupideces! Daniel es mi esposo y esta es mi casa. Yo soy la heredera de papá, la única arrimada aquí eres tú. —Ja, ja, ja, ja, ja… —La pelirroja rio con sorna—. ¿Tu esposo? Le das asco, Samay. Para que te enteres de una buena vez y sepas cu&aacu
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