después de reclamar las ganancias, Wilfred se dirigió al camerino, Andres se encontraba sentado.
Wilfred le dice:
es suficiente ya superaste la prueba, recoge tus cosas nos vamos.
Andres reconoció que eso era lo que más le convendría. pero su carácter le impedía abandonar el lugar.
- maestro permitame terminaar el encuentro. No me encuentro lesionado, no sabremos que pasará antes de subir al cuadrilatero.
Wilfred queda mirando con asombro al joven, y le dice:
-no es la hora de jugar al valiente, el próximo oponente es brutal, no distingue entre niños o ancianos, deja caer toda su fuerza sobre el que le rete.
¿ estas seguro de dar este paso?
- si maestro. ¡déjeme intentarlo!, quiero superar mis límites.
Wilfred salió del camerino, esta vez no apostó por Andres, se dirigió a las gradas, el resultado de este encuentro para el resultaba impredecible.
no descartaba que Andres tuviera una mínima posibilidad de ganar el encuentro pero técnicamente la balanza y l