Lucifer no nota que no lo quiero tener cerca o no le interesa lo que deseo, porque continua acercándose y por eso, yo siento como el agua sube por mis tobillos con cada ola.
— Sal del agua.
— Debes irte, no te quiero cerca. — digo con seriedad.
— No debí decir algo así, lo siento mucho.
Niego de inmediato, porque no estoy interesada en escuchar sus excusas. Por eso, lo observo con enojo deseando que él me deje ir, necesito que las cosas terminen ahora antes que todo sea más complejo.
— Lucifer, te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero, es momento de que cada quien tome su rumbo.
— No lo acepto.
— Esto ya no es de aceptar, en el pasado no insistí porque creía que eras diferente, pero, ahora ya…
— Fue un error, Angela. No puedes condenarme por algo así. — dice él y yo no me siento bien.
Es cierto que Lucifer no puede cargar con el dolor y las dudas que me han causado otros, pero, no puedo pasar por alto algo así cuando ya hemos empezado a ofendernos y lastimarnos.
— Lucifer…
— No