Días después

me gustaría decir que esos locos se marcharon y no vinieron a molestarme más, pero desgraciadamente yo más que nadie ya he aprendido a entender que por mucho que yo me quiera alejar de ellos, ninguno de esos alfas va a permitirlo.

Por lo que no tengo más opción que conformarme en que al menos no los escuchó discutir y que han respetado mi decisión de no tenerlos cerca, aunque dudo que eso pueda durar mucho tiempo.

— Señora Rosthwell, ¿ha tenido alguna nueva pesadilla? ¿Le ha venido algún recuerdo a su mente en estos días?

— No, desde que no he tenido ningún otro recuerdo rondando por mi cabeza. — respondo.

— Tal parece que sus signos vitales están estables y su corazón no nos ha mandado otras alertas. — continúa el doctor.

— ¿Por qué me haces todas estas preguntas? Y