Sin duda, este hombre no sabe de vergüenza, porque me dice este tipo de cosas y actúa como si nada. Ya que, deja el recipiente en un lugar visible y entra a otro parte de la habitación.
Es solo en ese momento que puedo moverme, porque el olor que emana de su cuerpo es menos fuerte y por ello, tiene menos poder sobre mí. Solo así puedo moverme como si mi cuerpo renunciara al control que me mantenía pegada ahí.— ¿Qué es esto? — pregunto aturdida mientras me arrastro lejos de la puerta que me ha convertido en una completa pervertida.Porque eso es lo que seguramente debe estar pensando al verme como toda una pervertida observándolo como si fuera lo mejor que alguien ha visto.‘Sin duda, fue lo mejor.’ Dice Lía y yo no tengo argumento para ir en contra de ella.— No lo puedo creer, realmente es sorprendente como un aroma puede causar tanto caos. — digo