Un mes después

Mi abuelo sigue sin aparecer, ni siquiera se digna a responder a mis mensajes de provocación, buen, no de forma satisfactoria, ya que, aunque ha intentado colocar bombas en mis empresas, mi sistema de seguridad se ha hecho cargo de que ni siquiera sea posible ingresarlos.

Por eso, sonrío complacido al ver como tiene menos de la mitad de sus propiedades, mientras yo solo debo concentrarme en encontrar una cura para que mi esposa despierte de ese coma que nadie se explica porque ha durado tanto.

‘¿Qué debería hacer?’ me pregunto mentalmente mientras llego al lugar donde una maldita mujer se encuentra tan relajada que parece que esta celda no fuera su castigo, si no, una recompensa.

— Pero mira qué momento tan maravilloso es este, mi yerno ha venido a verme.

— Ahora si confirmas que Angela es tu hija.

— Lo reconociste delante de mí verdadera familia y me ha