Mundo ficciónIniciar sesiónEl tictac del reloj se acelera con tantas fuerzas en mi cabeza, que tiemblo del miedo y me tropiezo de tal manera que cuando el lobo se lanza sobre mí cae de bruces contra la puerta que él mismo cerró.
Aturdida, miro hacia el hombre que al tener el hocico abierto, se ha llevado a la boca esa dinamita o lo que sea que tenía en la puerta y por eso, corro a cubrirle la nariz para que trague de una vez por todas eso.Él de inmediato se esfuerza por alejarme, pero, yo me aferro tanto que me importa poco que me arañe con tanta fuerza, porque es eso lo que me ayudará a lidiar con este bastardo. Por eso, solo cuando veo como traga duro para poder respirar por la boca, es que lo suelto notando la mirada cargada de odio de este bastardo.— Tú eres una maldita bastarda. — dice él con ese odio demasiado grande.— ¿Soy una bastarda por esforzarme por sobrevivir? Yo no soy tu enemigo, pero,






