¿Por qué razón siempre me encuentro tan mal? ¿Acaso es un deporte o estilo de vida nuevo el que yo me encuentre siempre en problemas? No he salido de una casa, cuando ya estoy luchando porque algo más ha pasado. No es justo.

El lobo corre hacia mí y yo recuerdo lo que ese idiota me ha dicho, por lo que, reviso que el seguro no esté y disparo sin dudar. No tengo recuerdos de haber disparado por mi cuenta, pero, no me atrevo a cerrar los ojos.

Me parece extraño, pero, no he podido cerrarlos aunque tengo mucho miedo. Sigue siendo muy extraño que mire fijamente al hombre que disparo y que sin fallar, logre lastimarlo.

— Tú no puedes herirme. — dice él y yo sonrío al ver cómo está la bala en su pecho, pero, el idiota se transforma en humano y me muestra lo que parece un caparazón que se transforma con cada transformación que experimenta.

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