Ni siquiera me importa en donde nos encontramos, ni mucho menos, que en el lugar donde estamos, sea los pisos inferiores o superiores, alguien podría escucharnos o vernos. Porque ahora lo único que me interesa es ser complacida en su totalidad y dudo que suceda por ahora.
Mi cuerpo, está más caliente que antes, mis sentidos solo se concentran en el hombre lobo que libera tantas feromonas, que podría decir que voy a enloquecer por todo lo que él me hace sentir y lo magnifico, perfecto y extasiante que es todo cuando se encuentra así de compenetrado conmigo.
‘Este si es el paraíso, por este placer es que no morí antes.’ Me digo mentalmente sintiéndome inmensamente feliz.
— ¿Estas satisfecha ahora con la forma en que te estoy follando? ¿Esto si es follar para ti? — pregunta Lucifer son dejar de atacarme con ese salvajismo complaciente.
— No lo sé, aun no tengo eso claro. — susurro.
— Me vas a matar, Angela. Realmente vas a matarme con la forma tan descarada que actúas. — dice Lucif