El idiota que solo se la pasó regañándome como si fuera una niña pequeña, ahora está mirándome con renovado interés y mucho deseo, uno que parece ser bastante grande y fuerte.
— ¿Se te olvidó decirme algo más? ¿Acaso querías seguir recalcándome lo importante que es para ti marcharte? — pregunto curiosa.
— Lo siento, me enceguecí y no vi lo realmente importante.
— Si lo viste, no dejaste de mencionarlo una y otra vez, ¿acaso no lo recuerdas? — pregunto sonriéndole a ese idiota.
Lucifer tiene paciencia para lidiar conmigo y no es para menos, en especial porque este tonto hombre fue el que lo arruinó todo. Le toca esperar a que me calme y ceda o bien puede marcharse.
— Tomar el liderato como señor supremo es importante para ti, hace parte de tu vida, así que, vete. Ya no pienso retenerte más.
— ¿Cuál era tu plan?
— Ya nada importa, ahora lo relevante es que estes a tiempo para marcharte.
Su teléfono suena con insistencia y yo no tengo otra opción que fingir que no me molesta mien